LOS NUEVOS NIÑOS – Natalia Ramos Villa

Divulga Amor y Luz

“Son almas que claudican ante la misión escogida y no pueden enraizarse dentro de la familia y su entorno. De este modo no conectan a nivel físico ni cognitivo con el medio donde habitan y su alma vive una vida alejada de la materia, y de las coordenadas espacio- tiempo. Generalmente, rehusan el contacto físico y la mirada porque no pueden fusionar todos sus cuerpos, sobre todo el astral, que es el que maneja al resto, y viven en otro estado de consciencia, muchas veces más elevado que el nuestro.”

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DESDE EL AÑO 2000 nuevos maestros álmicos se han ofrecido voluntariamente para ayudar a emerger nuestro Planeta Tierra de tercera a sexta dimensión.
Muchos esperaban la segunda venida del maestro Jesucristo, pero nadie escucho sus palabras.
«Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.» Mateo 19.14
Y ahí está la gran premisa, ellos son las semillas cósmicas que vienen a germinar la nueva humanidad.
Ellos son los que han venido a abolir las viejas estructuras de la humanidad, haciéndonos conscientes de la verdad, la única verdad, el amor.
No son revolucionarios ni seres sobrenaturales, son niños con almas muy sabias que han escogido cada familia, cada padre, cada madre, cada situación familiar y allí trabajar, en su espacio más cercano.
Vienen a enseñar lo que no podemos ver, abriéndonos los ojos, haciéndose grandes espejos de los errores que nos están deshumanizando.
Son los nuevos profetas, marcándonos el camino a recorrer.
Una de las preguntas más frecuentes, es cuando el alma se materializa, y es en el preciso instante en que el óvulo escoge por su vibración a un espermatozoide; cuando ambas energías se fusionan configurando el nuevo ser, ahí se hace presente el alma.
Informándole a la materia cuál será su configuración genética para la misión de vida que ha escogido antes de llegar.
Entender esta realidad nos resulta casi inexplicable y a veces inentendible, pero al contrario, si vamos dilusidando en nuestras propias experiencias de vida, desde nuestra concepción hasta nuestros días, entenderemos que todo lo que sucedió era lo más perfecto que podría haber sido, y que no había otro modo de haber llegado a ser lo que somos hoy.
Cada ser que se desarrolla dentro del vientre materno va tomando las características y la composición genética que necesita para poder expresar el mensaje que viene a decir.
Por está razón no existen errores, no existen deficiencias, no existen patologías ni heredadas ni congénitas, existe solamente la perfección que el niño vino a mostrar. Cada ser que nace, nace perfecto en esencia, su individualidad es única e irrepetible, y con el bagaje que llegó será con el que se desempeñe en su misión.

DE DÓNDE VIENEN

Los nuevos niños, están llegando de lo que yo llamo la convergencia triangular energética para la salvación de la humanidad.
Son almas que vienen de las Pléyades, el sol de Sirio y Orión, todas y cada una ofrecidas voluntariamente, para el desarrollo de la nueva humanidad, para el paso cuántico en nuestra evolución humana.
Sabemos desde tiempos inmemorables de la presencia de hermanos mayores ayudando a la humanidad, pero desde hace mas de una década que el objetivo es uno, emerger a la humanidad hacia la sexta dimensión.
Y el mensaje del triángulo es el mismo, si bien se notan las diferencias Álmicas, todos tienen una misma misión traer el Cielo a la Tierra.
El cambio inminente en los niños puede comprobarse en el cambio cuántico de su ADN.
Poseen una composición genética de triple hélice donde se constata toda la actividad telepática propia de la nueva humanidad, pero a su vez esta triple hélice se desdobla generando 12 hélices, que son el despertar de la nueva consciencia crística.

La tercer hélice lleva la memoria álmica de cada niño, su registro akáshico grabado en sus células, y es la que trae la buena nueva, los milagros de los que hablaba el maestro Jesús cuando decía:
“Les aseguro que el que confía en mí hará lo mismo que yo hago. Y, como yo voy a donde está mi Padre, ustedes harán cosas todavía mayores de las que yo he hecho.” Juan 14:11
Es el despertar biólogico de la nueva humanidad.
Los nuevos niños traen mensajes de paz, de salvación, de una nueva humanidad.
Esta nueva hélice hace que los nuevos niños no aprendan, recuerden. Traen toda la información que necesitan en esta vida en el registro almico, que en el momento de la concepción se plasma en cada una de sus células.
Cada niño posee su propio registro particular y perfecto, y es poseedor de un fragmento del universo. Cada niño trae una parte del rompecabezas que debemos armar para entender nuestra humanidad.
Cada fragmento es un mensaje, cada niño es una parte de la gran verdad universal.
Los niños mal diagnosticados con diferentes síndromes también traen mensajes que, por nuestras estructuras precarias, no podemos terminar de entender.
Los niños diagnosticados con autismos, son seres que aún no pueden anclar su alma a esta tierra.
Son almas que claudican ante la misión escogida y no pueden enraizarse dentro de la familia y su entorno.
De este modo no conectan a nivel físico ni cognitivo con el medio donde habitan y su alma vive una vida alejada de la materia, y de las coordenadas espacio- tiempo.
Generalmente, rehusan el contacto físico y la mirada porque no pueden fusionar todos sus cuerpos, sobre todo el astral, que es el que maneja al resto, viviendo en otro estado de consciencia, muchas veces más elevado que el nuestro.
Son seres sumamente inteligentes que no desean por propia voluntad conectarse con este mundo, muchas veces dejando su cuerpo denso deambular sin sentido en esta dimensión.
Si bien es su voluntad mantenerse alejados, podemos ayudar a contactar a través de métodos de anclaje, contacto con la madre, vinculación con los hermanos de otras especies, logrando al menos por instantes integrar todos sus cuerpo sutiles.
Debemos respetar la decisión de no querer contactar, su alma no se siente segura dentro de esta dimensión, nuestra tarea es propiciarles momentos de amor incondicional para que puedan transmitirles a otras almas, que la humanidad está cambiando, que estamos aprendiendo a aceptar y respetar todas las formas de llegada a la Tierra.
Que haya niños considerados autistas es un mensaje a la humanidad de que debemos ser mas respetuosos y más abiertos a la diferentes manifestaciones de vida dentro de este Planeta.
Amor es los necesita la humanidad para cambiar las viejas estructuras, y este es el mensaje que traen los nuevos niños.
Los niños de la Nueva Era, maestros jugando a ser niños.
Maestros sembrando la semilla cósmica en el corazón de cada ser humano.

 

Natalia Ramos Villa

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