DESPERTANDO – Enrique Villanueva

“¿Cómo sería existir sin la Luz del Creador?”

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Jesús les dijo:  «Cuando hagáis de los dos uno y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba como lo de abajo y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino»

Evangelio de Tomás. Papiros Coptos del Nag Hammadi.

 

La eternidad se desplegaba circular, sin fronteras, mientras él sonreía a su feliz destino en el conocimiento de ser la perfecta creación de un perfecto Creador…

Mas en un imposible instante, el Hijo de Dios se planteo una pregunta igualmente imposible:

“¿Cómo sería existir sin la Luz del Creador?”

Su todopoderosa naturaleza no podía dejar una pregunta sin respuesta, y como el ojo que no puede extinguir lo real, pero puede sin embargo cerrase para no apreciarlo, él procedió sin dudar, a construir un sueño imposible, en el que si bien era incapaz de destruir la Luz que él no había creado, estaba más que dispuesto a encubrirla y negarla.

En este fantástico sueño, el Dios Hijo se fabricó una identidad hecha de obscuridad, a la que llamó ego, y con la que trató de investir y ocultar así lo real, buscando imponerle un opuesto a aquello que siendo Total no podría jamás tener uno, e inventando de esta manera la dualidad.

De ser Uno con el Creador, en su propia pesadilla se concibió separado de él. De saber que era amado infinitamente, se imaginó siendo juzgado y condenado por las eternidades. De saberse la más pura esencia del amor, ahora en cambio permaneció lleno de miedo contemplando la posibilidad de su propia destrucción.

Cayendo aun más profundamente en esta obscura alucinación y lleno de remordimiento, se entregó al sueño, rindiéndose a la manifestación y tomando una forma física. Absorto como estaba en la observación de las imágenes que incesantemente y sin control proyectaba acerca de lo alto y lo bajo, el macho y la hembra, el pecado y la virtud, la vida y la muerte; acabó olvidando el verdadero conocimiento, intercambiándolo así por las fantásticas proyecciones y sueños a los que ahora llamó: Percepción.

Un muy largo tiempo de esta ceguera autoimpuesta tuvo que transcurrir para que el Hijo de Dios parpadeara en sus primeros intentos por despertar y retornar así a la Luz del Creador.

Esto que ahora llamas “tu vida” es uno de esos intentos… DESPIERTA

Enrique Villanueva – Escritor y Maestro en hipnoterapia y PNL
www.hipnosisysalud.com

 

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