EL ZUMBIDO DE LA TRISTEZA – Kryon

Divulga Amor y Luz

«Imagínense flotando en un océano de compasión, casi listos para estallar en la luz, en la calma que ustedes son, y cada uno de ustedes tiene una cadena: el residuo de la tristeza. Y esa cadena se conecta con un ancla allá abajo de todo; ese lugar más oscuro del planeta del que alguna vez fueron parte.  Y la cadena tiene eslabones, y los eslabones quizás son esas vidas que tuvieron y de las que proviene el residuo.»

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Canalización de Kryon a través de Lee Carroll
Toronto, Ontario, 17 de Febrero de 2018

 

Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

Adironnda, Jesús, Kryon… Todos somos uno. No solo venimos de la misma Fuente, sino que somos compañeros en la compasión. La razón para exista la canalización así como la oyen ahora no es la de impresionar. A menudo los que sintonizan oyen algo raro, extraño; eso está en el ojo del que lo ve. La razón para que exista la canalización es para que ustedes puedan atisbar algo que la mayoría no conoce. Ese otro lado del velo, ese lugar tan misterioso para la mayoría de la humanidad. Allí hay amor, y se derrama a través del velo para ustedes. Se derrama a través del velo.

Y el velo de que hablamos es algo que ustedes no conocen, lo que los separa en el conocimiento de lo que llamamos la Fuente Creadora y algunos llaman Dios. Y voy a decirlo otra vez más: Dios no tiene atributos humanos; la creación de este universo, de esta galaxia, del alma misma que tienes dentro de ti, no es parte de la naturaleza humana disfuncional con que muchos de ustedes han construido su idea de Dios. En cambio hay una pureza, una pureza que ni siquiera pueden imaginar. Todos ustedes sentados en este salón, ahora mismo, los que escuchan y no están en el salón, escucharán más tarde, de modo que hablo de los que están presentes en el salón: todos ustedes tienen algo en común, todos, incluso los que vinieron – tal vez – por accidente. Tienen la energía, el campo -si lo desean – la majestad de lo que se llama merkaba. Rodeando a cada uno hay un diseño que algún día podrá verse. Y si ese diseño pudiera verse, primero se mostraría como algo no lineal, exterior a lo humano.

Algunos que pueden leer la merkaba dicen que es la ventana, no necesariamente hacia la salud de la persona, ni siquiera a su consciencia, sino que es una ventana hacia su alma. Es lo que lleva la luz de la consciencia del Creador entremezclada con tu nombre. Así te vemos, tan precioso. No te vemos como tú te ves, y ese es un tema, ¿no? ¿Cómo te ves a ti mismo?  Jeshua dijo “Te conozco”. También yo; yo sé quién está aquí. Y no es un conocer invasivo; es un conocer de bella consciencia amorosa, porque yo veo el entrelazamiento de almas y merkabas mientras se sientan uno al lado del otro. Veo los potenciales, el poder. También veo algo más: veo algo que ahora vamos a identificar, quizás por primera vez. Veo algo residual, lo llamaré  un zumbido, un sonido, lo que ustedes quieran visualizar, porque es algo no identificable en la forma física. Pero lo veo; y sé que está aquí. ¿Alguna vez habrán estado quizás en una reunión, como esta, y han tenido una máquina que suena mientras produce ventilación y una temperatura para ustedes? Y de alguna manera ustedes se acostumbran; tal vez compite con la voz del que habla, pero de algún modo se acostumbran. Tal vez les da frescura, o calor, lo que necesitan. Y la consciencia de ustedes tiene la capacidad de concentrarse en la voz, y entonces el zumbido o ruido del ventilador retrocede al fondo, y ustedes pueden escuchar. Luego, de pronto, tal vez después de una o dos horas, registra la temperatura que se desea, como el instrumento que es, y se apaga. De pronto, cuando se apaga, se dan cuenta de que pueden oír claramente. Y no está allí.  Se habían acostumbrado hasta tal punto que cuando se detuvo se sorprendieron – casi como una liberación. Y todos oyen, sonríen y siguen adelante.

Hay un ruido en el salón. Un zumbido en el salón, una metáfora, y no es algo que oyen; es algo intrínseco de casi toda alma antigua que existe en el planeta. Todas lo oyen y lo experimentan. Difícil describir qué podría ser; lo voy a llamar el zumbido de la tristeza. El zumbido de la tristeza. Un ruido que está siempre allí. Alma antigua, cuando vas a ese lugar más tranquilo, en que decides “Voy a trabajar sobre mí” o decides “Voy a meditar”. Cuando decides que hay cosas en que necesitas reflexionar, empiezas a oírlo, y empieza a cubrir tu magnificencia. Te da batalla, porque tú llevas contigo la tristeza de las edades. La tristeza de estar aquí en este planeta en tiempos deficientes. Es un residuo de vivir una vida tras otra en tiempos y lugares donde veías cosas que no vamos a describir, en que experimentabas cosas para ti que no vamos a describir. Todos saben que está allí. El registro akáshico de la humanidad está tan lleno de este zumbido de tristeza que incluso el más magnífico de ustedes, en esta nueva energía, lucha con él. Ustedes luchan para oír la verdad por encima de él. Saben que tengo razón. Cuando van a ese lugar tranquilo, ¿por qué no se ríen instantáneamente? Cuando van a ese lugar tranquilo, ¿por qué no sonríen instantáneamente, y en lugar de ello, hay un estado pensativo, al mirar dentro de sí mismos y saber que allí viene? El zumbido de la tristeza, el residuo, está siempre allí.

De modo que en este mensaje, en este día y lugar, tal vez por primera vez, identifiquémoslo como un ancla. No un ancla que los conecta a tierra, sino un ancla que los retiene para que no vayan a ningún lugar.

Imagínense flotando en un océano de compasión, casi listos para estallar en la luz, en la calma que ustedes son, y cada uno de ustedes tiene una cadena: el residuo de la tristeza. Y esa cadena se conecta con un ancla allá abajo de todo; ese lugar más oscuro del planeta del que alguna vez fueron parte.  Y la cadena tiene eslabones, y los eslabones quizá son esas vidas que tuvieron y de las que proviene el residuo.

Ahora vamos a hacer algo en el salón, y lo haremos porque ustedes comprenden todo esto. Esto no está en absoluto más allá de su comprensión. Esto es historia. Esto es ustedes. ¿Saben qué hay aquí, ahora mismo, además de la tristeza? Hay ansiedad y perplejidad respecto a qué hacer con lo que acarrean.  “Kryon, ¿qué quieres decir con que acarreo?”  Es que puedo ver lo que acarrean; no solo la tristeza, algunos han venido porque hay problemas con su biología; algunos vinieron con problemas que no identificaremos pero los llamaremos ansiedad perpleja, llamémoslos ansiedad por traiciones, llamémoslos tristeza de una situación, llamémoslos incertidumbre, ya mencioné varios. Yo sé quién está aquí.  Y cada una de esas cosas que mencioné está conectada con esa ancla, todas ellas.

Ustedes pueden pensar que es normal preocuparse por cosas como estas, y yo querría decirte, alma antigua, trabajador de luz, criatura magnífica que eres, ¡no es normal! Normal es romper esa ancla, verla como lo que es. Cuando formas angélicas combinadas, ven que te retiene en el océano sin poder ir a ningún lado, se rascan la cabeza y se preguntan, “¿Ellos no saben nada del ancla? ¡Simplemente suéltenla!” Y la respuesta es que ustedes no saben nada del ancla. En el salón hay un involucramiento, hay un aprecio de la compasión que empiezan a sentir. Hay un reconocimiento – esa palabra significa darse cuenta. En este salón hay un darse cuenta de la verdad básica; ustedes ya saben adónde voy ahora mismo.

Por primera vez en una canalización les voy a pedir que fijen sus merkabas unas con las otras, y puede que digan “¿Cómo hago eso, cómo lo hago?” Quiero que imaginen a los que están a su lado, a cada lado, si están entre dos, o hacia un lado, si están junto a una persona. Quiero que imaginen que se fijan a la compasión que ellos tienen en este planeta: el Dios en el otro se fija al Dios en ustedes. Al imaginar esto, se forma una cadena. En la imaginación de esto está la realidad de lo que están haciendo, porque la consciencia está implicada en su imaginación, y como sabemos, la consciencia es poderosa y es física. De modo que mientras intuyen esto con la persona a su lado, comprendan que en el salón se desarrolla una coherencia al prepararse a hacer algo.

Con libre albedrío, pido esto. Si no estás interesado, eso no romperá la cadena, porque esas merkabas son enormes, abarcan a dos o tres de ustedes en fila, de modo que si hay algunos que no quieren participar, con libre elección, eso no te cambia a ti. Fíjense unos con otros por un momento; concéntrense en cómo se vería eso. Un campo de 8 metros alrededor de cada uno se empieza a entrelazar y tener una confluencia con los otros, se fijan como si se tomaran de la mano, como anillos que se unen entre sí, hacen clic en su lugar, y pueden oírlo, uniéndose de una manera esotérica, y de pronto ustedes son uno. Solo por un momento, de pronto, son uno. Una de las luces más brillantes en este planeta.

Y ahora les voy a pedir que hagan algo. Van a romper el ancla juntos, van a librarse del residuo, van a poner la intención en que el zumbido se detenga. Y la intención se va a cumplir también con una cosa: vamos a decir algo tres veces, y todos lo van a decir juntos, y yo lo diré con ustedes. Y no hacemos esto muy a menudo, pero lo hacemos para que ustedes reconozcan la verdad de lo que están haciendo. Pueden romper esa ancla, queridos, ya no habrá más tristeza. Se irán de aquí diferentes de como vinieron, créanme.

Estas son las palabras que van a decir, con libre elección, si así lo eligen, junto conmigo. Van a decir las palabras: “Yo soy magnífico”. ¿Están listos?

Yo soy magnífico (el público lo dice con Kryon) Quiero que lo sientan. Lo han dicho en voz alta, sus células lo están oyendo, el ancla también lo ha oído. La rotura de esa ancla sucede cuando ustedes se unen; ustedes se han unido como uno, una enorme luz brillante. Díganlo otra vez.

Yo soy magnífico (lo dicen juntosEsto resuena en el edificio, hasta el otro lado del velo, ¡lo hace! Porque son ustedes diciéndolo. Y la tercera vez lo van a sentir; soltándose de la tristeza, dándose cuenta de que ya no los retiene, hagámoslo.

Yo soy magnífico (casi lo gritan). ¿Cómo se siente flotar libres en el océano?

Esta es la llave.  Ahora pueden soltar sus merkabas. ¿Qué? ¿Les está costando soltar sus merkabas? (risas) Entonces, ¿por qué no conservarlas unidas? De manera multidimensional; ustedes se van, tal vez nunca vuelvan a ver a la persona a su lado, pero quedan unidas si así lo desean, de una manera que es magnífica como ustedes. De una manera que dice: “Yo soy un alma antigua compasiva, sin ningún zumbido.”

Váyanse de este lugar y enseñen esto, porque es lo que la humanidad que ha vivido tanto como han vivido ustedes necesita saber. Necesitan saber que el ancla se puede soltar, que la recordación akáshica no necesita tener el zumbido.

En cambio, quiero que imaginen otra ancla: la que va al Yo Superior, tu ancla hacia eso que llamas el cielo que existe. Ahora ya vas en otra dirección y no te está reteniendo. En cambio, es un ancla de luz. Perteneces a otro tipo de Akasha; uno que es positivo y alegre, y cuando vayas a ese lugar la próxima vez, para pensar sobre ti mismo, o trabajar sobre ti, o meditar, o pensar sobre el problema que trajiste, en lugar de ponerte pensativo, primero debiera surgir la sonrisa y el eco de las palabras en tu mente y tu corazón (en un susurro) “Yo soy magnífico”. Esa es la clave de la evolución del nuevo humano.

Es suficiente por ahora (se ríe)

Y así es.

Kryon

 

Canalización: Lee Carroll
Traducción simultánea: Leonor Botero

 

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