EL CAMBIO QUE NECESITAMOS NO ES POLÍTICO – Roly Polanco

«Ahora el cambio no es político, requiere de un nuevo paradigma conciencial y no se trata de “gobernar” a nadie.»

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Si las masas comprendieran de una vez que el cambio que necesitamos no es político y que tan solo con nuestros votos estamos alimentando egos políticos.

De lo que se trata aquí es de un hipnotismo político, el cual mantiene a las masas expectantes de “algo bueno que vendrá”, pero que nunca llega por culpa de los “enemigos” que, a su vez, son necesarios para mantenerse en el poder.

Los políticos siempre se proyectan hacia un futuro, un porvenir, una utopía, lo cual es un engaño, una falacia. Necesitan apoyo en ese sentido, es un entretenimiento que nos mantiene a todos en un vilo, entretenidos, vamos tras la zanahoria de la demagogia.

Nos enfrentamos unos a otros, defendemos banderas, fronteras, escudos e himnos. En definitiva, es una lucha entre hermanos, muchas veces de la misma raza y condición; tan solo somos humanos tristemente enfadados, defendiendo unas ideologías que se instauran en la cima de la verdad absoluta, lo cual entraña siempre un tipo de dictadura.

Por eso, damos puñetazos en la mesa y vamos enfadados, cabreados con el vecino, con los suegros que son del PP, airados con aquellos que lo hacen mal, contra los corruptos de izquierda, los extremistas, los supremacistas, los homófobos, los machistas, los malversadores, los enemigos del pueblo.

La gran mentira de todos los políticos es mostrar un proyecto basado en el bienestar y la justicia social, en el enfrentamiento y la lucha verbal o de acción violenta.
Interesante es que el DRAE denomina la política como “el arte de gobernar a los pueblos” y no se trata de eso.

Ahora el cambio requiere de un nuevo paradigma conciencial y no de “gobernar” a nadie.

Mientras, aquellos que “mueven los hilos”, cinco o seis familias en el mundo, patrocinados por entidades oscuras, siempre van a intervenir y estarán esperando que optes por alguna tendencia, ya sea de derecha o de izquierda.

“Ellos” van a penetrar, a tergiversar y a contaminar todo lo humano, por eso nos facilitan la “democracia” y permiten que salgamos por las calles exigiendo justicia por algún ideal.

Pero nuestro “as debajo de la manga” es más que humano y consiste en algo mucho más profundo que nadie podrá manipular: nuestra conciencia eterna.

Ella es la que debe tomar el control.

Entonces toda política y político quedará en el baúl de los recuerdos.

 

 

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