Amados:

¡Yo soy la voz de la Tierra!

Siénteme en este espacio, en los sonidos que escuchas, en la atmósfera que te rodea. Tú eres parte de la Tierra, parte de mí. Pero sois ajenos a este hecho porque muchos de vosotros vivís en la mente y habéis perdido el contacto con lo más vivo de vosotros mismos, que es vuestra fuerza, vuestra pasión, vuestros sentimientos. Para la mayoría de las personas, hay un velo sobre esas fuerzas elementales a pesar de que son las que te conectan conmigo, la Tierra y con la vida.

Dichas fuerzas elementales residen en el abdomen. Allí es donde residen las emociones más crudas, que son como olas salvajes en un mar turbulento. Al mismo tiempo, en el abdomen también existe la posibilidad de un profundo silencio en el que uno se sientes conectado con toda la vida en la Tierra y se da cuenta de que es parte de ella. En el centro del abdomen se unen dos extremos: los picos y los valles de la vida emocional y el ancla, el fundamento de la existencia, que es la conexión con toda la vida que se experimenta en el silencio y la apertura.

Ahora te pido que desciendas conmigo a tu abdomen. Primero, siente tus pies firmemente en el suelo. Conéctate conmigo a través del suelo; siente mi energía. Todo sobre y en mí está vivo: la tierra, las rocas, la hierba, las plantas, los árboles, los animales… Todo está vivo y posee conciencia en un grado u otro.

Tu cuerpo es parte de ese todo viviente. Tú tienes un hogar aquí como ser humano, pero a menudo te sientes desarraigado y te parece que no estás en casa. Te preguntas qué estás haciendo aquí, cuál es tu papel y tu tarea. Pero observa la vida que hay a tu alrededor y que no tiene esa preocupación. Simplemente es, vive, disfruta y siente plenitud.

Dirige tu atención a tu abdomen y respira con facilidad hacia el centro del abdomen. Conéctate con el poder natural y espontáneo que no cuestiona por qué estás vivo ni si tienes o no derecho a existir. Conviértete en parte de mi naturaleza deshaciéndote de tus preocupaciones y acompáñame a casa. Yo soy tu madre y puedo cuidar de ti si te alineas con mis ritmos.

¿Y cuáles son esos ritmos? Penetra más y más en tu abdomen. Imagina que tu conciencia se acomoda completamente en la cavidad pélvica y acalla todo pensamiento. Tu conciencia se siente cómoda en el hueco de la pelvis. Allí descubres que estás conectado conmigo a través de tu chakra inferior, el chakra que te arraiga a la Tierra, y dejas de sentirte separado al verte sostenido por mí.

Ahora, imagina que una serpiente se ha enroscado en tu abdomen. Una serpiente es un animal que puede provocar resistencia en algunos, pero es una bestia natural de la Tierra. Tiene mucho poder, es símbolo de mucha energía amorosa y poderosa y puede eliminar muchos tabúes o prohibiciones. Pero no voy a hablar del significado de la serpiente como símbolo. Simplemente te pido que imagines que una serpiente se ha enroscado en tu abdomen.

Ten respeto por el poder que tiene ese animal. Siente la fuerza muscular que abriga el cuerpo de esa serpiente. Siente lo que es ser una serpiente que se arrastra por el suelo bajo el dosel de un bosque y siente como todo tu cuerpo se conecta con el suelo, las piedras, el polvo… Una serpiente vive muy cerca de la Tierra. Una serpiente es inteligente y toma la fuerza de la Tierra por completo en su cuerpo, al mismo tiempo que también absorbe la luz del sol e integra las energías cósmicas del cielo.

Ahora imagina que esa poderosa serpiente, llena de la energía de la Tierra y de la sabiduría del Sol, se desenrosca lentamente y asciende gradualmente por tu columna vertebral a través del estómago y el pecho. Siéntete a gusto con su poder; haz que la serpiente sea más grande o más pequeña, según lo cómoda que te resulte. Si te sientes tenso, dale a la serpiente un tamaño más modesto. Esa serpiente refleja la fuerza primaria que hay dentro de ti.

Si dejas que esa fuerza ascienda por tu columna vertebral pausadamente, sin forzarla, verás lo que sucede dentro de ti. Si sientes un bloqueo en alguna parte de tu cuerpo, ya sea en el estómago, el pecho, la garganta, entonces pregúntale a la serpiente: «¿De qué quieres que me dé cuenta? ¿Qué te gustaría decirme hoy? ¿Hay algo en mí que retengo y que no quiero ver?» Confía en la serpiente, porque la serpiente representa un canal de tu energía primaria.

Imagina que ahora, al estar completamente elevada, la cabeza de la serpiente está a la altura de tu cabeza. Siente la acción liberadora de ese acontecer. La serpiente expulsa el exceso de pensamientos, análisis innecesarios y preocupaciones. La serpiente está segura de ella y no necesita probarse a sí misma. La serpiente tiene una fuerza natural y por eso es símbolo de curación: es el caduceo de los médicos.

Finalmente, me gustaría decir algo en general. La humanidad terrestre está en un proceso de cambio y todos vosotros os sentís llamados – habéis sido llamados – a contribuir de alguna manera a dicho  cambio a fin de facilitar el nacimiento de una nueva conciencia. Debido a que eso puede ser un proceso doloroso y a que muchas personas viven en la mente y han perdido la conexión con la tierra, dicho cambio puede hacer que se desequilibren.

Pero el cambio es imparable. Aquellos que están unidos a su origen y poseen la certeza de que son bienvenidos en la Tierra, pueden cumplir un papel importante y de liderazgo en este proceso de nacimiento. Ten la confianza de que, aunque has venido aquí por ti mismo, también estás aquí para ser una comadrona que ayude a los demás en su renacimiento. Y, en el fondo, ese papel te alegra y te hace feliz. ¡No lo retengas más!

Te necesito. Tú puedes cerrar la brecha entre yo, la naturaleza y los humanos. Ese puente es necesario y representa un restablecimiento del equilibrio. Eso no es un rol o una tarea que deba sentirse como una carga pesada sobre los hombros; puede ser ligera y fácil. Si crees en ti mismo y haces lo que te gusta hacer, automáticamente encontrarás el camino y contribuirás al panorama general. Confía en tu naturaleza y en tu intuición y, cuando quieras tener más claridad, ¡llama a la serpiente que llevas dentro!

¡Y así es! 

Muchas gracias por tu atención.

Con amor,

LA TIERRA

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