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Amado: 
Yo Soy la Madre María y vengo a hablarte del flujo y reflujo.

Para ello te pido que imagines tres ruedas.
La primera rueda es enorme, la segunda es mediana y la tercera es diminuta.
La rueda grande es de tal tamaño que no podrías agarrarla, ya que, al mismo tiempo, está incluida en varias dimensiones diferentes.
La rueda más pequeña es el tiempo, donde el tic tac es una clase especial de lapso; más que materia, es un vacío, y depende de ti llenarlo a partir del sentido que le otorgues.
La rueda pequeña eres tú y tu nacimiento en este planeta a partir de la encarnación del magnífico Ser que Eres y que fue creado por las diferentes Esencias Divinas.

Yo, la Madre María, estoy hablándote de astronomía, o mejor dicho, estoy enseñándote muy sucintamente cuál es tu origen y el origen de esta Galaxia, porque en esta encarnación tú eres similar a un granito de arena en comparación con Lo Que Realmente Eres.

Yo, que soy una observadora de tu hermoso planeta y de todos vosotros, te veo cómo Quién Eres Realmente. Ya sé que te tropiezas con obstáculos, mediante los que descubres lo que consideras como problemas insuperables, cuando no encuentras la salida.

Sin embargo, deberías de tener en cuenta que no importa cuántas ruedas haya, la hora que sea, si es de día o de noche, si has nacido bajo un determinado signo zodiacal u otro, lo fundamental de tu encarnación en la Tierra, es Qué y Quién Eres Realmente.

Amados Hijos, así como las huellas dactilares de cada uno son únicas, ninguna otra persona puede hacer, con exactitud, lo que vosotros podéis hacer como vuestro Yo individual. En este planeta, cada uno tenéis en vuestro Yo individual un Corazón y una mente particular que os permiten realizar los diferentes movimientos del flujo y reflujo de vuestro Ser Espiritual.

Sólo tú puedes marcar el ritmo de tu propio flujo y reflujo de tu Ser, ya sea cuando trabajas, descansas, te relajas, te diviertes, cuando experimentas alegría, tristeza, preocupaciones o cualquier otra sensación que tengas.
Ya sabes que vives en un planeta dual, donde hay día y noche, Yin y Yang, lluvia y Sol… Sin embargo, tú eres el único que puede equilibrar los diferentes movimientos de tu propio flujo y reflujo, a fin de reencontrarte con la alegría del Corazón.

Sólo tú puedes traer a la superficie y hacer surgir el ritmo armónico desde tu Ser individual, como la Paz, la Gratitud, la Alegría, la Esperanza, el Equilibrio y todas las demás Energías grandiosas del Amor que tienes en tu Corazón.
Me encanta y enorgullece cuando oras por la Paz mundial, por favor, no dejes de hacerlo; sin embargo, no olvides que primero es muy necesario que te abraces a ti mismo por completo.

Alcanza ese ritmo a partir del uso de la música, la Geometría Sagrada, la paciencia y todas las demás herramientas de altas vibraciones que te permitirán encontrar la manera de llevar la carga de este mundo que, a veces, tanto te pesa.

Tú estás compuesto por muchas y diferentes Energías de buenas y altas vibraciones que te ayudarán a encontrar la Fuerza de tu Poder para hacer un Mayor Bien para ti, la Humanidad y la Tierra.

Tómate un tiempo para Ser Realmente Tú Mismo y, cuando sientas la alegría que emana de tu Corazón, no creas que eres egocéntrico porque ese es ¡tu Divino Derecho de Nacimiento!

¡Y así es!
Te amo,
Yo Soy la Madre María