«Los perros vienen a enseñar el amor incondicional, no juzgan, no critican, no se ofenden, no almacenan rencor, resentimiento, molestia o tonterías así. El perro perdona, ama, juega. Si lo abandonamos o maltratamos, comienza a aflorar más la parte genética de su estructura primitiva de «lobo», se hacen agresivos, desconfiados… Pero el cariño y el cuidado los regresa nuevamente a su vibración natural de amor incondicional.»
LA INCREÍBLE FUNCIÓN ENERGÉTICA DE LOS PERROS – Eliasib David
