«Las emociones son como el agua, pueden envolverte como grandes olas y es importante confiar en su fuerza sin ahogarte en ellas.»
ESCUCHA…
Queridos amigos:
¡Yo Soy Jeshua!
Estoy aquí como hermano y maestro. Estoy con vosotros y sé muy bien hasta qué punto las emociones humanas pueden ser profundas y cómo pueden alejaros de vuestro núcleo, de vuestra alma. Yo también fui humano y, desde los extremos del dolor y la desolación, busqué una apertura hacia la luz. Sé lo que es vivir entre los extremos de la luz y la oscuridad, el amor y el miedo.
Os pido, ante todo, que seáis compasivos con vosotros mismos en cuanto al lugar en el que ahora os encontráis en vuestra vida. Sabed que estáis haciendo lo mejor que podéis y que, a veces, hay fuerzas y leyes que están actuando en vuestra vida que no podéis controlar con la mente ni con la voluntad. Existe un impulso mayor que guía vuestra vida, como las olas del mar, que a veces son tan altas y turbulentas que, cuando estáis nadando en medio de ellas, no podéis saber a dónde van, porque no podéis verlas desde arriba. Sin embargo, hay una fuerza en el agua del mar, una sabiduría que tiene sentido y profundidad.
Ahora imagina que estás flotando en el agua, que el mar está agitado por oleajes inesperados, y que tú intentas relajarte y confiar en el agua. Imagina en este momento que eres consciente de tus músculos y sientes cómo la Tierra puede ayudarte. Tu cuerpo proviene de la Tierra, y el flujo natural de energía de la Tierra te ayuda a relajarte cuando exhalas suavemente desde el abdomen.
Imagina que estás flotando en el agua y que te concentras solo en este momento presente. No tienes nada que entender ni controlar; ahora simplemente sientes la fuerza del agua. También sientes una energía en el agua, en el mar, que dejas que penetre en ti. Hay una sabiduría en el mar de la vida. Tu “yo» personal, ese que está acostumbrado a querer dirigir y controlar la vida continuamente, suele tener miedo de esta sabiduría; no se atreve a entregarse a ella. Pero si sigues ese flujo, lo que hay en tu vida, irás serenándote interiormente y te preguntarás con menor frecuencia eso de cómo puedes cambiar las cosas y cómo puedes hacer que todo mejore. Entonces estarás más abierto a lo que hay aquí y lo que eso te puede aportar.
Siente durante un momento una emoción que te resulte difícil actualmente, una emoción con la que tienes que lidiar. Las emociones son como el agua, pueden envolverte como grandes olas y es importante confiar en su fuerza sin ahogarte en ellas. Y eso solo es posible si te aquietas y escuchas lo que la emoción quiere transmitirte. Dentro de toda emoción hay una parte de tu alma que desea captar tu atención.
Ábrete a la emoción que más te preocupa en tu vida diaria. Siente lo que esa emoción causa en ti. Siente cómo se manifiesta y te afecta físicamente. Ahora, ponle un nombre a esa emoción. ¿Es dolor? ¿Es miedo? ¿Es inquietud o frustración? ¿Podría ser ira o rebeldía? Trata de ser claro sobre cuál es la emoción más importante en este momento en tu vida. Ese es un flujo que quiere conducirte a algo.
Ahora ponle a esa emoción el rostro de un animal. Deja que un animal aparezca ante ti, ante tu ojo interno, que exprese algo de esa emoción y, de ese modo, hable el lenguaje de tu alma. Acoge a ese animal y ofrécele tu amistad. Siente sobre todo la fuerza vital que fluye a través de ese animal. ¡Quiere vivir, pero se siente temporalmente atrapado!
En cuanto te conectes con ese animal, sucederá algo mágico. Una vez que hayas aceptado y asumido tus emociones, por pesadas o incómodas que sean, el crecimiento y el cambio ocurrirán. Descubrirás una parte de ti mismo que no había querido estar ahí. Detrás de la desolación, desesperación o ira siempre hay una parte hermosa de ti que quiere ser vista más claramente. Deja que esa parte aparezca ahora; siente qué es lo que estás reprimiendo.
Pase lo que pase en tu vida debido a las circunstancias externas que también demandan tu atención, tu misión o tarea más profunda siempre es prestarte más y mejor atención a ti mismo, descubrir tu núcleo más profundo y dejar que ese núcleo se muestre a las personas que te rodean. Tus riquezas, eso que eres y lo que tienes para dar, tienen que ser plenamente aceptadas y liberadas al mundo. Eso es lo que tu vida trata de enseñarte.
Las emociones profundas siempre quieren conducirte a una parte oculta de ti mismo que no has visto ni percibido suficientemente. Y hay varias razones por las que es tan difícil llegar a esa parte oculta. En esta sociedad, se te desanima a mostrar tu verdadero ser y vivir conforme a él. Todavía hay mucho miedo en las personas de cara a la autenticidad, a ser afectadas emocionalmente y a vivir de acuerdo a lo que realmente les da vida. Y como ser auténtico y real parece perturbador para la mayoría de las personas, se aferran a las certezas del pasado, a ciertas ideas, reglas y creencias sagradas, generalmente por temor y, sobre todo, por el miedo a sentir emociones profundas.
Si alguien despierta, como ahora experimentáis vosotros mismos en esta vida, eso significa que despertáis a vuestras verdaderas necesidades, a lo que desea vuestra alma. Eso casi siempre implica que os desconectáis de un entorno social conocido y ya no vivís conforme a sus códigos y leyes; que seguís vuestras propias intuiciones profundamente sentidas, vuestra propia inspiración. Pero cuando eso no es aceptable para la sociedad que os rodea, puede que experimentéis dudas sobre vosotros mismos y dolor en vuestro corazón, y que os preguntéis: “¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Soy lo suficientemente bueno?”. Entonces pueden surgir grandes dudas, porque de alguna manera estáis solos.
Elegir el camino del alma conlleva enfrentarse al miedo y a los prejuicios impuestos. Por lo tanto, asumir esa postura requiere coraje y una gran dosis de audacia y valentía. Siente dentro de ti el miedo y las dudas que tienes sobre ti mismo. Siente el miedo a la soledad y el rechazo, a no pertenecer. Al mismo tiempo, siente que también hay una fuerza mayor en ti que quiere asumir ese riesgo; una fuerza que sabe que ha de seguir el llamado del alma, porque eso es lo más importante para ti, y que eso es lo que te alegra verdaderamente.
Quiero que sepas que, si sigues ese camino, no estarás solo. Nunca lo estás. Solo parece que es así, y lo parece solo temporalmente. La Tierra está contigo; Ella quiere apoyarte en tu camino de autodesarrollo. La Tierra es atraída por tu alma; quiere ayudar a tu alma a estar arraigada en su suelo y florecer.
Cuanto más decidas por ti mismo, más profunda será la unión con tu alma. Eso también puede ser una fuente de consuelo y apoyo porque tu alma es rica. Está unida a planos distintos a la Tierra – planos de luz y armonía – donde residen tus guías.
Te pido que ahora sientas a tu alma en tu corazón. Siente el poder que te asiste y que es más mucho grande que tu personalidad. Hay algo mayor en ti que te atrae y te ayuda. Y siente también a los guías que pueden asistirte en eso. Son como viejos y buenos amigos que actualmente viven en una dimensión diferente y no en un cuerpo.
Pide un mensaje de esa dimensión, el reino de tu alma y tus guías, de donde viniste y a donde regresarás después de tu muerte física. Ese reino está muy cerca, no está lejos ni por encima de ti. Ese reino está aquí y ahora. Pide un mensaje de luz, una simple frase o un sentimiento, algo que pueda ayudarte en este momento. Aunque haya cosas que por ahora no tengas claras, confía en que la vida siempre querrá llevarte a Casa y ponerte en contacto con tu alma, que está conectada con el Uno. Muchas gracias por tu atención y tu presencia.
Muy amorosamente,
JESHUA
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