«Cuando no logramos trascender los eventos que ocurrieron en el pasado, nos enfermamos primero en nuestra mente y luego en nuestro corazón.»
ESCUCHA…
LEE…
“Hoy he reflexionado
Sobre todos esos momentos en la vida,
En que no logramos ser felices
Por un pasado no resuelto
Momentos en que lo más seguro
Es que no seamos felices
Porque sin darnos cuenta
Hemos puesto cadenas a nuestra felicidad.
Cadenas falsas, falsas cadenas
Que nos atan al recuerdo
De lo que ahora ya no es
Y quizás nunca lo fue
Más que en nuestros propios pensamientos.
Y me he dado cuenta que…
Cuando por alguna extraña razón
No logramos trascender lo que ocurrió en el pasado
Sufrimos porque no aceptamos eso
Y con ello, nos enfermamos
Primero en nuestra mente
Luego en nuestro corazón
Y desafortunadamente a veces
Después también se enferma nuestro cuerpo.
Así me enfermé hace algún tiempo
Y aunque escuchaba a otros decir:
Ya trasciéndelo, olvídalo, déjalo atrás
No lograba soltarme de esto.
Como los chicles que se pegaban a Chispita
Sí, como esos chicles
Igual que le pasó a ella
Muchos otros caballos y humanos
No logramos separarnos de chicles del pasado.
Chicles, pues sin importar la magnitud de lo que haya ocurrido
Al final, lo sucedido siempre se traduce de idéntica forma
Eventos insignificantes, insignificantes eventos
Pues en esencia, a pesar de ellos
Seguimos siendo los mismos
Nuestra madera sigue siendo igual
Y nosotros, aunque no nos veamos
y aunque nos veamos cubiertos de polvo
En esencia, seguimos siendo Preciosos
Preciosos como mi amado caballo.
Y así es como intensificando las voces que escuchamos afuera
Repitiendo reclamos y juicios
Reproduciendo esos regaños
Es que muchas veces
Sólo somos nosotros
Los que nos seguimos lastimando.
Y reprochándonos con mucha más severidad
Que todo lo que nos podría decir alguien afuera.
No logramos trascender estos eventos.
Y enfermamos, pues nos falta lo más importante
Lo que realmente importa
Que de hecho es de lo que estamos enfermos
Enfermos porque estamos faltos de amor
Faltos de amor propio.
De esta manera
Presas de un ciclo auto-debilitante
E inmersos en una baja autoestima
Leemos mensajes equivocados en el exterior
No logramos ser felices
Y experimentamos poca satisfacción
Con todo lo que ocurre en nuestra vida.
Después de mucho tiempo de sufrir
Y agrandar mi sufrimiento
Con chicles del pasado
Chicles del pasado pegados a mi cuerpo
He podido darme cuenta
Que lo que mantenía estos chicles pegados a mí
No era más que el pegamento de mis pensamientos
Pensamientos que se vuelven como pegotes
De los que no nos podemos separar
Y los que incluso en los peores momentos
Sólo atraen a otros chicles
Igualmente desagradables y pegosteosos.
Sabiéndome lastimado
Débil y enfermo
Busqué respuestas a mi pregunta
¿Cómo volver a ser feliz?
¿Qué hacer para volver a sentirme valioso y merecedor de dicha?
¿Cómo volver a tener sueños si ya ni sabía con qué soñar?
Y entonces me di cuenta
Que para aquél que busca con un espíritu limpio,
Nunca hay ni habrá preguntas
Para las que el cielo no tenga algo que contestar.
Un día, al encontrarme con esos pergaminos
Que estaban guardados en el baúl de mi bisabuelo
Comprendí la verdadera razón
Por la que no podía volver a ser feliz:
Necesitaba obtener un significado
Sí, un significado, algo que tuviera sentido
Algo que me explicara
Algo que me permitiera entender
La verdadera razón
De aquello que había vivido en el pasado
Lo que mi mente no lograba descifrar:
El por qué y para qué de eso.
Y ¿dónde estaba ese significado, quién lo tenía?
Me pasé mucho tiempo buscando y preguntando
De libro en libro, de sitio en sitio,
De persona en persona.
Hasta que me di cuenta que ese significado
Lo tenía yo.
Comprendí que nada tiene un significado
A menos que se lo demos nosotros mismos
Me di cuenta de que yo tenía la posibilidad
De re-significar y re-codificar mis vivencias
Re-significar: dotarles de un nuevo sentido
Re-codificar: asociar a sus recuerdos otros símbolos
En resumen, dar a los eventos del pasado
Un nuevo sentido
Uno mucho más amoroso
Y asociar a ellos imágenes
Que cambien nuestra relación con lo que ocurrió.
Pues todo eso que vivimos
En realidad son experiencias
Que si ocurren es para ayudarnos
Cada día a comprendernos y amarnos más.
Y así al encontrarme desnudo
Como el día que llegué a la Tierra
Desnudo pero con muchos más años de experiencia
Me di cuenta que todo eso
Que según yo me había hecho tanto daño
Solamente me había ayudado
A reencontrarme con mi esencia
Y tocar de nuevo la madera de la que estaba hecho.
Y fue así, cuando al encontrarme solo frente a frente
Al verme desnudo, conmigo mismo
Re-apreciando mi belleza
Tocando mi vulnerabilidad
Y recordando mi gran fortaleza
Fue como sentí desaparecer todo aquello
Que los humanos llaman aciertos y fracasos.
Pues me di cuenta que el magneto de mi cuerpo
Mi cuerpo físico, emocional, intelectual y espiritual
Era realmente mucho más hermoso que todo eso
Que me tenía distraído y distanciado.
Siendo así que me encontraba desnudo
Solo ante mí y alejado de todo lo ajeno y de todos los otros
Volví a ver aparecer frente a mí
El desfile de mis aparentes errores
Para darme cuenta que nadie más que mis pensamientos
Les daba vida a ellos.
Que sin mis pensamientos
Esos errores no eran más que marionetas: títeres de jinetes negros
Jinetes negros que habían tomado el control de mi vida
Robando con su galope mi alegría
Jinetes negros que cada día me alejaban
Más y más de la belleza de mi ser
Apartándome de mi más leal, inseparable e infalible corazón
Que a pesar de mi abandono seguía latiendo a mi lado.
Y entonces aparecieron tantos espejos
Espejos: otros que con sus reflejos me ayudaron a recordar
Y a verme realmente como soy
Que ante tanta hermosura en mi expresión
Ante tan hermosa melodía en mi corazón
Pude desparecer creencias que no eran mías
Y desarticulé falsos supuestos.
Entonces, me atreví a abrazarme a mí mismo
Me atreví a abrazarme con tanto amor
Que mágicamente ese amor
Mágicamente y sin necesidad de otras fuerzas
Rompió los hilos y apagó el escenario
Donde habitaban las marionetas que me habían secuestrado
Manteniéndome alejado de mi corazón por tanto tiempo.
Y fue eso, simplemente ese gran abrazo de amor
Lo que me ayudó finalmente a sanar
Y lo que me dejó ser feliz de nuevo.
Al sentir nuevamente correr por mi cuerpo
La fuerza vital que inunda de amor al Universo
Volví a sentir correr por mis ojos lágrimas de emoción
Y al sentirlas y tocarlas
Regresé mi mirada al cielo y me di cuenta
Que desde hacía tiempo el mismo Universo
Deseaba correr en mi ayuda
Y darme ese abrazo
Que hasta entonces yo me estaba dando.
Hoy sé que al caer los hilos de esos jinetes
No solamente cayeron ellos
Sino que se abrieron de nuevo las rutas de acceso a mi corazón
Y nuevamente libre,
Volví a mí
Me reencontré conmigo
Con todo y con todos.
Así que gracias, a lo vivido y a quien haya sido,
Que escribió esos pergaminos
Por haberme ayudado a desvanecer esos pensamientos
Y a recordar lo que sí soy, lo que es real
Lo que realmente importa
Lo que dota de sentido a nuestras vivencias
Porque se encuentra más allá de ellas
En este viaje que emprendemos
Para que al volver a nosotros mismos
Seamos capaces de producir
La más grande y auténtica reconexión
La reconexión con el amor
De nuestro propio corazón.
Extraído del libro “VUELVO A MÍ”, escrito por Maru Méndez
Más textos y canalizaciones de Maru Méndez narradas por Mi Voz Es Tu Voz AQUÍ
Una única vez
Mensual
Anual
Haz una donación única
Haz una donación mensual
Haz una donación anual
Elige una cantidad
€11,00
€22,00
€55,00
€11,00
€22,00
€55,00
€111,00
€222,00
€555,00
O introduce un monto personalizado
€
¡Mil gracias por tu generosa colaboración!
¡Mil gracias por tu generosa colaboración!
¡Mil gracias por tu generosa colaboración!
DonarDonar mensualmenteDonar anualmente
ojalá puedan leer todo el libro es maravilloso. Lloré muchas veces, muy bien escrito y mueve fibras. Lo compré en una expo. La que asistí y fue una muy buena compra. Se los recomiendo ampliamente.