«Para perdonar tienes que sentir el daño, la angustia, el enojo y la rabia, antes de poder convertirlo en amor.»
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Para aprender a volar tienes que caerte.
Para sanar, tienes que romperte.
Y cuando de perdonar se trata, tienes que sentir el daño,
la angustia, el enojo y la rabia, antes de poder convertirlo en amor.
Tienes que validar la parte de ti que quema, que arde,
Que ahora se siente magullada, abusada y abandonada.
Tienes que llenar esta parte de ti con una consciencia amorosa.
Sostener a ese precioso y vulnerable niño o niña cerca de ti.
No puedes “crear” el perdón, no.
No puedes saltar hacia él.
Ni adelantarte.
Tienes que permitirte olvidarte del perdón y frenar y lastimarte primero.
Tienes que abrir tu corazón a las heridas y a tu corazón cerrado,
Ablandarte en ese lugar duro de protección,
Atender a ese hermoso ser lastimado,
Hacer el luto por la realidad despezada, y lentamente hundirte
En esta nueva y presente realidad.
Solamente después de esto, quizá, mientras el corazón digiere el dolor con amor,
Comenzará a abrirse por sí mismo, cuando esté listo, y no antes.
Abre tu corazón a ti mismo, y a su debido tiempo, tal vez puedas abrir tu corazón
a aquel que te lastimó.
Sin justificar lo que ellos hayan hecho,
Sin excusas por su comportamiento inconsciente,
Quizá con el tiempo, puedas encontrar compasión.
Sólo observa sus partes no amadas que simplemente no supieron como vivir,
Entender el dolor que ellos no pudieron sentir,
Conocer los sentimientos que ellos no pudieron digerir,
Comprender que buscaron alivio fuera de sí mismos y que su violencia
Sólo fue violencia contra sí mismos, alienada, proyectada,
Sin saber lo que hacían e incluso sabiéndolo.
Fue una enfermedad del alma.
No trates de perdonarlos ahora,
Si no puedes perdonar, mejor perdona esa emoción.
Y no te culpes bajo ningún concepto por tu “incapacidad de perdonar”.
El perdón se dará a su tiempo sólo si te hundes en las profundidades de ti mismo
Y encuentras esa completud que tienes y nunca has tomado,
El poder que es tuyo y solamente tuyo.
El perdón estriba primeramente en perdonarte a ti mismo,
Este amor que quema por dentro e irradia hacia fuera, en su tiempo.
Amo cuando perdono y amo cuando no lo hago,
Y esta salvaje e indulgente Presencia lo abraza todo.
Libros del autor: amzn.to/2wUAmmQ
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