LA RECUPERACIÓN DEL ALMA – Claudio David

«Para hablar de una recuperación del alma tienes que identificar cuál de tus cinco elementos tiene una fractura.»
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Los cinco elementos

Según el budismo tibetano, para hablar de una recuperación del alma debes identificar cuál de tus cinco elementos, tierra, fuego, aire, agua o espacio, tiene una fractura que te provoca enfermedad, debilidad o tristeza y así procesar la crisis de mejor manera.

Traumas más intensos como un accidente, la pérdida de un ser cercano, del trabajo, rompimientos amorosos o alguna fuerte pelea son cosas que suceden y si en ese momento no hay lugar dentro de ti para poderlas recibir, no hay forma de procesarlas, lo que daña profundamente tu alma y te lleva a decaer poco a poco hasta perder el ánimo de seguir adelante.

Todo es equilibrio

Tierra: Por ejemplo, si no sientes tener control de tus cosas, entonces el elemento tierra no te permite echar raíces profundas en una situación.

Fuego: Si de ánimo andas mal puede que tu elemento fuego no esté equilibrado y eso te provoque tristeza.

Agua: El no estar a gusto donde trabajas o con quien eres, refleja una falta de concentración que habla de aguas turbulentas.

Aire: Algunos obstáculos para resolver problemas resaltan la necesidad de buscar fuentes en las que el aire fluya de manera correcta, por lo que es recomendable que des paseos por espacios abiertos que te ayuden a respirar de manera placentera.

Espacio: La cuestión del espacio habla del temor a no echar raíces en un lugar en el que comenzamos a trabajar, o a seguir en una relación amorosa por esa falta de conexión empática con la otra parte.

Venciendo los males internos

Normalmente estas angustias, tristezas o falta de acción son provocadas por nosotros mismos. Si estás más allá de lo bueno y de lo malo, de lo positivo y lo negativo, no necesitas protección. Desde el punto de vista de las enseñanzas del Bön puedes recuperar tu energía, recargar tu elemento afectado y hasta obtener una nueva dosis de energía, con solo reconectarte con tu fuerza interior.

Los verdaderos apoyos de esta práctica son la atención, la mente, la imaginación y el sentimiento generado por una profunda conexión con tu ser, es decir, con tu alma. Saber equilibrar los elementos que crean una profunda falta de atención en tu ser y tu yo interno te ayudará a comprender mucho más tu entorno.

El arte de ser uno mismo

El Lama Tenzin Wangyal Rimpoché, maestro budista y primera vía para transmitir la magia del Bön en Occidente, opina que lo que más le ha ayudado a practicar esta filosofía, en la que confluyen el yoga tibetano, la magia de los chakras y el equilibrio emocional, es que ha obtenido herramientas para iluminar su integración humana con su alma espiritual.

“Ya lo decía mi madre, ante toda crisis, si no hay un atardecer no podrás darle la bienvenida a un amanecer pleno, y es que la vida siempre tiene demasiados cambios que requieren de ajustes trascendentes para seguir adelante. Este paso por nuestro tiempo es un constante viaje con altas y bajas y lo importante es saber que, aunque haya varios movimientos, siempre debemos buscar la permanencia”, dice el Lama Tenzin Wangyal.

El examen correcto y análisis

“La paz viene de adentro, no la busques afuera”, Buda.

No se trata de mirar afuera, sino que ocurre dentro de uno mismo, hay que tener en cuenta y razonar de vez en cuando los sucesos; tampoco estar envenenado con querer solucionar ya tus problemas, requiere tiempo y proceso. En la medida que vayas avanzando más se aclarará.

Hay errores de conciencia, según la búsqueda de tu verdad.

Poner conciencia en tus actos, para ser más certeros de ellos y el manejo de los sucesos en la vida. Saber estar solo en uno, mientras vives rodeado de multitud y ser observador, todo un arte para manejar el estrés en tiempos de crisis: Hay errores que bloquean la conciencia, tienen que ver con esa tendencia occidental a interrumpir los procesos.
Se inculca la idea de que podemos tomar el control de todo y, en realidad, no es así. Cada proceso existe porque debe existir, toma el tiempo que debe tomar. Comienza y termina cuando debe hacerlo. De ahí se puede tomar la idea o el pensamiento de observar qué sucede y dejar todo como es. Por lo menos así lo aprendí yo.

El afán de intervenir en todo para modificar la realidad produce diferentes errores que bloquean la conciencia. Pero esto debemos entender, cuando nuestro deseo se propone arreglar todo como sanar y querer estar bien, se convierte en desesperación y no se trata de eso, sino más bien de comprensión, una comprensión de la realidad para poder trabajar en ella libremente y así mejorar los aspectos de nuestra vida, mente, cuerpo y habla.

Recuerden qué sucede cuando renegamos de lo que nos sucede o actuamos erráticamente para resolver algo que nos atormenta. En lugar de aproximarnos a una salida, más bien se convierte en un obstáculo para llegar a ella.

Comprender el momento presente, es lucidez que solo emerge cuando equilibramos nuestras emociones y gestionamos con inteligencia nuestros deseos.

El deseo es la consecuencia final de la emoción inducida en el origen por la variación del medio. La cadena causa-efecto que le corresponde es la siguiente: Emoción → Sentimiento → Deseo.

A no confundir el deseo posesivo, más bien actuar en comprensión.

Recordar que utilizando y no desechando las emociones como algo malo y dar paso a comprensión con plena aceptación, se convierte en el camino de la liberación, sea en pensamiento o el cuerpo.

Somos nosotros los que debemos aprender a fluir con ella. Para lograrlo es importante identificar esos errores que bloquean la conciencia.

Seguro que hay más acciones y energías que bloquean nuestra visión de la vida y la convierten en sufrimiento más que en liberación.

Pero relato aquí mi empeñó en mejorar y poner conciencia en mi vida.

A medida que pasa el tiempo uno va comprendiendo los errores cometidos y lo que el mundo le propone para bien o para mal.

Uno de los errores mas cometidos es el de buscar obsesivamente; el concepto mismo de buscar significa renunciar a la idea de que algo está completo en sí mismo. La búsqueda supone una tensión entre el deseo de hallar algo y no saber dónde se encuentra. Hay una cierta angustia en toda búsqueda. Sin embargo, cuando esta se hace obsesiva comienza a convertirse en uno de los errores que bloquean la conciencia.

Hablamos de buscar una verdad, una respuesta o una experiencia. Muchas veces esto se hace porque se parte de la idea de que al encontrar eso que buscamos, algo va a cambiar radicalmente. Nunca es así. Pese a ello, algunos ponen todas sus expectativas en encontrar “eso”.

El presente tiene todo lo que necesitamos. Eso es lo que nos enseña el budismo. Allí está todo lo que merecemos, lo que podemos comprender y lo que podemos asimilar. Todo lo que no tenemos, sabemos o experimentamos en el aquí y el ahora.

Trabajar para hacernos más conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y conductas, sin juzgarnos. Entrar en guerra con nosotros mismos es uno de esos errores que bloquea la conciencia. Al profundizar en lo que somos, pensamos y sentimos, los aspectos negativos comienzan a perder fuerza por sí solos.

Reconocerme es la naturaleza simple

Si no cambiamos nuestras formas de ver la vida y todo el espacio interior, no alcanzaremos a ver con claridad y seguiremos débiles, cargados de aflicciones y sufrimientos.

Toda mi búsqueda fue una experiencia y una sanación, es bueno ir al médico, es bueno poner conciencia en la vida, y si puedes solucionar tus problemas internos lo más pronto posible mejor, será la vida mas ligera.

Cada experiencia que tenemos en nuestra vida sirve para aclarar nuestro camino.

«La medicina tibetana es el legado más importante de la civilización budista del Tíbet… acentúa la indivisible interdependencia de mente, cuerpo y vitalidad. Como sistema integrado de salud, ha servido con eficacia a su pueblo durante siglos y creo que aún puede ser muy beneficiosa para la humanidad». Su Santidad el XIV Dalai Lama.

Ciencia de la sanación del Tíbet

Sus raíces surgen del Chamanismo Bon desde hace más de 2.500 años y se desarrolla formalmente a partir los sistemas médicos.

Un sistema médico completo y natural, que percibe al hombre de un modo holístico: cuerpo, mente, alma, energía y entorno.

Para más información visitar medicina tibetana bon-budismo

Artículo de Divulgación revisado y adaptado por Claudio David Yuraq

 

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