«¿Cómo es posible alcanzar el amor incondicional aquí en la humanidad, frente a tantos desequilibrios y tantos desencuentros?»
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Amados seres:
¡Hablemos del Amor!
El Amor Divino y el amor humano son diferentes niveles de amor. Diferentes niveles de conciencia respecto al Amor.
El amor Divino o Universal, es ese al que llaman Amor Incondicional. Es una energía completamente sutil, de la más alta vibración, ya que no destaca ningún grado de densidad en ella. En esta energía, no hay cabida para apegos, ni miedos, ni dudas, ni dominios ni control. Está conformado por la luz Divina y en esta energía no hay lugar para la emocionalidad humana. Es un “estado de Gracia”, constante y homogéneo en el que no hay sobresaltos ni estallidos. El Amor Divino es una energía perfectamente equilibrada, en un nivel de integración total. Por ello se permite la incondicionalidad. Sin embargo, dentro de la polaridad que habitan, el amor humano es fluctuante. Por momentos, puede ser intensamente luminoso y por momentos puede incluir una oscura densidad.
El amor humano, lo tiene todo, pero en distintos grados de desequilibrio. Una vez que las almas comienzan su camino individual de separación, las emociones entran en juego. Al ir transitando los diferentes grados de separación, las emociones van cobrando cada vez más protagonismo. Así sucede en la tercera dimensión que aún habitan, estando en la dualidad, llevándolos a fluctuar dentro de ese mar de emociones, experimentando muchas veces los extremos.
Claro que esto no parece ser muy atractivo de experimentar, sin embargo, resulta ser el mayor aporte al conocimiento Universal. Entendiendo el Conocimiento Universal como el cúmulo de información lograda al sumarle a la Energía Universal todas y cada una de las experiencias de todos y cada uno de los seres del universo.
La intensidad en sus experiencias no es comparable con NADA en el Universo, ya que al poder experimentar tanto la liviandad de la Luz como la densidad de la oscuridad al mismo tiempo, en un plano de materia y dentro de un cuerpo, les permite tener los diferentes puntos de vista. Experimentar ambos lados, sirve para que puedan alcanzar niveles de intensidad mucho mayores.
La alegría, la felicidad y la plenitud, no serían tan intensas si no fuera porque también experimentan sus contrastes. Además de eso, les otorga lo más importante, que es la LIBERTAD DE ELEGIR, poder hacer uso del libre albedrío. Al experimentar y conocer, pueden elegir qué realidad desean vivir. Aunque para ello es necesario reaprender a crear su realidad eligiéndola de modo consciente, saliendo de los condicionamientos, patrones, mandatos, heridas.
En este punto, la Humanidad se halla atravesando un cambio dimensional, un cambio vibratorio, buscando acercarse más a esa energía de Amor Divino o Amor Incondicional. Para ello es necesario ir saliendo de la fluctuación emocional que resulta de habitar en la dualidad. Pero está claro que eso no es algo que pueda modificarse de hoy para mañana, sino que es algo gradual. La forma de acelerar este proceso es trabajando en ustedes mismos para lograr el equilibrio, sanar las heridas del alma, alcanzar paz y armonía interior a fin de incorporar individualmente la energía del Amor Incondicional.
Amadas almas, esto es para que cobren dimensión del significado de sus vivencias. Cada una de ellas les aporta, si así lo desean ver, un mayor entendimiento para ir saliendo de la polaridad y separación e ir regresando nuevamente al canal de energía de amor incondicional.
Anclar en la tierra esta energía de amor incondicional y enraizarla en la humanidad, implica transformar el amor humano, restándole la densidad emocional, los miedos, el dolor, el dominio y control, el egoísmo, la incomprensión, los vacíos, la desigualdad, etc.
Hablemos entonces del amor de pareja. De su experiencia sobre el amor en el nivel de consciencia actual de la humanidad.
Tal vez se pregunten, ¿cómo es posible alcanzar el amor incondicional aquí en la humanidad? ¿cómo lograr esto frente a tantos desequilibrios, tantas diferencias y tantos desencuentros, entre unos y otros?
Para responder a esto les decimos que, también se puede encontrar “Magia” en las diferencias.
No hay una única manera de demostrar el amor, no hay una forma correcta de hacerlo. Lo importante será encontrar el mayor equilibrio y balance.
Entonces, frente a eso, ¡solo queda aprender a aceptar esas diferencias!
Esa aceptación no puede ser superficial, o en apariencia, porque no se podrá sostener en el tiempo. La aceptación debe ser desde lo profundo del corazón, desde el alma. Desde el respeto esas diferencias, a la elección del otro, desde la comprensión que lo que es correcto, lo que está bien o lo que es bueno para uno, es solo desde ese punto de vista.
El otro es como es, y cambia, se transforma y evoluciona a su propio ritmo y en la dirección que decide hacerlo. Y en todo caso, la mejor forma de ayudarlo a acelerar ese ritmo es trabajando más y más en uno mismo, para alcanzar ese equilibrio en uno e irradiar más y más luz.
Otro punto importante es que aquello que no logran aceptar del otro, se percibe magnificado, minimizando otros aspectos positivos, otros valores o virtudes de la persona, ya que el foco se pone solo en eso que no les agrada.
Al aceptar desde el alma las diferencias con el otro se puede entonces evaluar la totalidad de la otra persona, y de sus actitudes, demostraciones, retribuciones para con uno, pudiendo ser más objetivo para observar si hay equilibrio o no lo hay, no por cada actitud si no evaluando todo lo que uno y otro brinda y todo lo que uno y otro Es.
Es decir que, para evaluar y decidir objetivamente sobre una relación, es necesario poner en la balanza la totalidad y no las partes.
En ese punto podrán elegir con mayor objetividad y armonía, si desean seguir acompañándose o no.
Aunque sientas que lo has dado todo, revisa: ¿Eso que has dado a la relación, es lo que tú has necesitado encontrar en ella o es lo que el otro necesita recibir?
En general, lo que brindan, siempre es desde el punto de vista propio, siendo que tal vez, la otra parte, sienta también lo mismo, que ha dado todo, cuando en realidad todos lo hacen desde su punto de vista y desde su necesidad o deseo propio.
Es importante por esto, que comiencen a aceptar que hay otras maneras de interpretar y otras maneras de brindarse, y que cada quién debe trabajar en sí mismo para aceptar estas diferencias y lograr sanar las propias heridas, y cada vez más ampliar la propia visión.
Por supuesto que aquí es donde pueden elegir, si sienten que pueden seguir acompañándose mientras cada quien realiza su camino individual o sientes una disparidad insostenible. Aquí cuentan con el libre albedrío.
Pero recuerda que todo lo que “necesitas” está en ti. Si sanas tus heridas, no estarás necesitando del afuera. Todo lo que sientes que el otro debiera darte, debes dártelo y encontrarlo primero en ti.…
Y llegamos así al amor hacia uno mismo… Y éste, amadas almas, éste es el inicio de todo.
Al no haber equilibrio en él, tratarán de equilibrar esto a través de otros. Amarse a si mismos es sin duda la prioridad ya que esto les permitirá no “necesitar” del afuera. Ya sea de las personas o las ”Divinidades”. Al no aceptarse a sí mismos, buscan la aceptación del afuera, al no darse prioridad a ustedes mismos, buscan que el afuera les muestre su importancia.
Dicen que lo que siembras se recoge y así es. Es la ley de atracción, es acción y reacción. No tiene que ver con buenas o malas acciones, con actuar correcto o incorrecto, bien o mal. Tiene que ver con la energía que emiten, en sus acciones, qué tipo de emociones acompañan esas acciones y que tipo de pensamientos. Observa…. ¿Qué siembras tú, de ti y para ti? Fíjate en qué tipo de energía emites hacia ti mismo.
Comienza ahora, comienza a buscar en tu interior eso que deseas del afuera, comienza con pequeños pasos. Puedes darte reconocimiento por tu camino, por tus logros, por las pequeñas cosas. Busca eso que sientes que has hecho bien y bríndate ese reconocimiento, entrégate ese amor, regálate los mejores pensamientos.
Puedes pensarte como si fueras tu mejor amigo, el más querido, un amigo del alma. ¿Qué le dirías cuando no confía en sí mismo? ¿Qué le dirías cuando no reconoce sus valores? ¿qué le dirías cuando no se siente amado o cuidado?
Sé, tu mejor amigo, sé amoroso, sana tus heridas para salir de esa energía de “necesitar” porque TODO ESO QUE BUSCAS ESTÁ EN TI.
Comienza ahora mismo a modificar la energía que emites hacia tí, comienza a llenar de amor tu corazón y brindarte todo eso que esperas de afuera y verás la magia en acción…
Hay mucha más luz en tu interior empujando por salir. ¡Despéjale el camino!
Les saludo amados seres en un abrazo de infinito amor incondicional.
Muy amorosamente,
JESÚS
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