«Érase una vez que una región impregnada de paz, fue azotada por vientos desgarradores y un frío helador que trastornaron la estabilidad que tanto la caracterizaba.»

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Amados hermanos:

Érase una vez que, en una región en la que reinaba la serenidad y la plenitud, donde cada día transcurría en armonía y felicidad, se desató un cambio inesperado que sacudió la tranquilidad del lugar. Aquel lugar, antes impregnado de paz, fue azotado por vientos desgarradores y un frío helador que trastornaron la estabilidad que tanto lo caracterizaba. La comunidad que allí habitaba, formada por personas que compartían la misma calma y dicha, se vio repentinamente sorprendida y desorientada frente a aquella transformación tan imprevista. En medio de la confusión y el desconcierto, surgió la necesidad imperante de unirse, de conectar, de dialogar y de trazar estrategias colectivas para enfrentarse a aquella nueva realidad que los desafiaba. En aquel momento crucial, la unión se erigió como el pilar fundamental sobre el cual todos se apoyaban, reconociendo que su fuerza residía en actuar en conjunto, aportando cada uno sus ideas y recursos en pos del bien común.

Hoy, al dirigirme a cada uno de vosotros, os invito a trascender el individualismo, a mirar más allá de vuestras preocupaciones personales y a comenzar a idear, a ser proactivos en la creación de estrategias y acciones que promuevan el bienestar no solo personal, sino también el bienestar colectivo. Cada gesto, por más pequeño que pueda parecer, posee un poder transformador que puede irradiar una energía poderosa y contagiosa, impactando directamente en vuestro entorno y en la vida de quienes os rodean.

Para aquellos que estén receptivos a este mensaje, quiero compartir que la luz continúa su viaje desde lugares remotos, elevando la conciencia de cada individuo. Se nos presenta una oportunidad única para abrazar una nueva perspectiva de vida, para tomar decisiones conscientes que busquen el beneficio general. Este cambio interno, esta transformación de la percepción, conlleva consigo la promesa de una existencia más plena, donde la paz y la felicidad dejen de ser meras aspiraciones, sino que se vuelvan realidades palpables. Un camino de autodescubrimiento y crecimiento personal se despliega ante aquellos dispuestos a sumarse a esta ola de transformación.

Os invito a uniros a este movimiento, a abrazar un mundo impregnado de amor y comprensión, donde la colaboración y la solidaridad formen la base de una comunidad fortalecida y en constante evolución.

Con cariño y esperanza,

JESHUA

Canalizado por Samantha Páramo

samyparamo@gmail.com

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