«Hay que decretar con firmeza, pero con infinita suavidad. No se requiere fuerza física porque ni la mente ni el espíritu tienen músculos.»
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Lo que sigue es para que aprendas a formular tus oraciones, que en Metafísica llamamos “tratamientos”. Dado que todo el día estamos pensando y decretando, todo el día estamos orando, ya sea en forma negativa o en forma positiva, y creando nuestras propias condiciones, estados y sucesos.
Lo importante es mantenerse en el ánimo que expresa la oración. Si después de afirmar, regresas al polo negativo, destruyes el efecto de la oración. De manera que vigila tus pensamientos, cuida tus palabras, no te dejes arrastrar por lo que expresen los demás. Recuerda que ellos ignoran lo que tú ya vas conociendo.
Lo que pienses y pidas para ti, piénsalo y pídelo también para los demás. Todos somos Uno en Espíritu y esa es la forma más efectiva de dar. Es mejor que pan y limosna, ya que el pan y la limosna son perecederos, mientras que la Verdad se arraiga en el prójimo para siempre. Tarde o temprano tu don espiritual entrará en tu mente consciente y habrás hecho la labor de salvación en un hermano. El Principio del Ritmo, que es la ley del péndulo, el búmerang, te devuelve el bien que haces, como también el mal que haces.
Se ha dicho que “uno con Dios es mayoría”, de manera que una sola persona que eleve su conciencia al plano espiritual y reconozca la Verdad tal y como se ha descrito anteriormente, es capaz de salvar de la ruina a una organización, salvar de la crisis a una comunidad, a una ciudad o a una nación, porque actúa en el plano espiritual que es la Verdad y ésta domina todos los planos inferiores. “Conoced la verdad y la verdad os hará libres”.
Algunos ejemplos prácticos son los siguientes:
Frente a una enfermedad propia o ajena di:
«No acepto esta apariencia ni para mí ni para nadie. YO SOY Vida, en ti, en mí y en todo el mundo. Gracias, Padre, porque me has escuchado.»
(Repite esta afirmación cada vez que te venga a la mente el caso que te obligó a expresarla).
En todo caso de temor di:
«No acepto el temor. Dios es Amor. YO SOY SU HIJO, YO SOY AMOR. Estoy hecho de Amor, por Amor. Gracias Padre que me has oído.»
En todo caso de tristeza propia o ajena di:
«No acepto esto. Yo soy la Alegría. Yo Soy la Dicha. (Y sigue enumerando todo lo bueno que tienes). Gracias Padre.»
Frente a toda manifestación de escasez di:
«No acepto esta apariencia. Mi mundo lo contiene todo. YO SOY la Abundancia de todo. Gracias, Padre, porque en el día de hoy todo está cubierto.»
Frente a todo lo que contraría la Paz mundial o personal di:
«No acepto esta apariencia de conflicto. YO SOY la Paz, la Armonía, el Orden. Todos somos UNO SOLO. Perdónalos Padre porque no saben lo que hacen. Yo perdono y me perdono. Gracias Padre que me has oído y siempre me escuchas.»
Dilo con firmeza, pero con infinita suavidad. Los trabajos mentales NO NECESITAN de la fuerza física, ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos. Cuando digas “No lo acepto”, hazlo como si dijeras “No me da la gana”, tranquilamente, pero con la misma convicción y firmeza, sin gritar, sin violencia, sin revuelo, sin brusquedad.
Después de haber dicho “No lo acepto”, recuerda que tú YO DSUPERIOR es perfecto, que sus condiciones son perfectas, y di: “Declaro que la Verdad de este problema es (armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, vida, salud, etc, cualquiera que sea lo opuesto a la condición negativa que esté manifestándose en ese momento). «Gracias Padre, porque me has escuchado».
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Gracias por darnos la posibilidad de leerlo, no tengo mucho internet y me favorece la lectura,Gratitud.