«La Puerta es el umbral más allá del cual se encuentra lo nuevo, eso que su alma quiere mostrarles cuando estén listos para verlo.»

LA PUERTA – Mª Magdalena a través de Pamela Kribbe

«La Puerta es el umbral más allá del cual se encuentra lo nuevo, eso que tu alma quiere mostrarte cuando estés preparado para verlo.»

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Amados amigos:

¡Yo Soy María Magdalena!

Me conoces, mi figura y mi rostro se han convertido en parte de tu historia, y por ello se han distorsionado y dañado. Pero conoces mi origen, porque vivimos de la misma fuente: el espacio dentro del corazón, el Hogar del alma. Ustedes han sido movidos por el mismo deseo que me poseía durante mi vida en la Tierra. Un anhelo, un deseo de verdad, de lo real, de la esencia. Un deseo de vivir desde el alma, desde la inspiración, desde el núcleo; eso es lo que importa para ustedes.

Vivir de esa manera puede doler. Los lleva a las partes más oscuras de ustedes mismos, porque vivir desde su núcleo interior significa que todo tiene que ser visto. La Luz necesita brillar sobre todo para que puedan convertirse en uno y completos en sí mismos. Muchas personas están en lucha consigo mismas, y es doloroso verlo. Las personas suelen vivir por imágenes, fotografías y conjuntos idealizados de reglas sobre cómo ser un ser humano exitoso que es reconocido y respetado por el mundo. Y luego, antes de que se den cuenta, son arrastrados por las opiniones y demandas de la corriente principal de la sociedad. Sienten que necesitan ajustarse a su forma de pensar, para parecer atractivos y buenos a los ojos del mundo. Eso los aleja de su núcleo interior, y de esa manera, se desconectan de sí mismos. Pero aún hay una voz que dice: “Profundiza en ti, descubre quién eres”. En ese espacio abierto y sin juicio, pueden descubrir quiénes son: las partes luminosas y oscuras, y todo por lo que han pasado: sus sentimientos, emociones y reacciones.

Amarse a sí mismos es permitir ese espacio abierto dentro de ustedes mismos, estar con ustedes mismos y observar lo que hay allí. Sin embargo, nuevamente llega esa voz del exterior, demasiado a menudo la voz del miedo, que dice: “Sé bueno, sé obediente y ajústate a la norma; no parezcas diferente o raro a los ojos de otras personas”, y nuevamente pierden el diálogo interior con ustedes mismos y ese espacio abierto. Se encadenan a sí mismos; juzgan según los estándares del mundo exterior, la sociedad y, al hacerlo, se lastiman a sí mismos. Entonces son arrastrados de un lado a otro entre el llamado del mundo, que a menudo es la voz del miedo, y el grito del alma, que los llevaría hacia adentro, al núcleo de lo que son. ¿Y cómo pueden lidiar con esa batalla, esa lucha entre el interior y el exterior, entre el núcleo y lo externo?

Escuchen la voz de su corazón. Elijan por ustedes mismos; elijan el camino que quieren seguir en esta vida. Decidan hacerlo con toda su fuerza, ¡incondicionalmente! Sumérjanse en lo profundo, donde prevalece el amor real. Pero sepan que ese espacio profundo carece de fondo y que puede sentirse como un salto al abismo, al vacío. Ya no serán sostenidos por la aprobación, los cumplidos y el reconocimiento de otros; estarán solos.

Sientan, durante un momento, el inmenso espacio en el centro de su corazón, donde no hay juicio ni imágenes idealizadas de hacia dónde deberían ir. Ahí solo está presente el Ser, el Ser puro. ¿Serán capaces de soportar tanta libertad o prefieren permanecer en la correa de normas y valores proporcionados por otros? ¿Podrán sumergirse en las profundidades? ¿Podrán vivir realmente?

La vida los desafía a dar un salto a lo desconocido, lo cual da miedo. Sin embargo, limitarse a seguir el camino estrecho de lo conocido y no vivir plenamente, es peor. Entonces se convierten en esclavos de impulsos que les son ajenos y pierden el “tú” y ya no se sienten felices. Encontrar la verdadera satisfacción en la vida solo puede provenir de ir con la corriente de su corazón. Su latido del corazón, que es único en el universo, conoce el camino. Y a veces, si se pierden, se necesita que haya un tiempo de oscuridad a fin de llevarlos de vuelta a ustedes mismos, para ayudarlos a recordar quiénes son en su núcleo más profundo. Todas las certezas exteriores se desvanecen, y en la medida en que vivían según estándares e ideales exteriores, tienen la sensación de que todo está perdido, de que han caído en un profundo agujero negro, ¡y la sensación que eso produce es horrible! Se llama “La Noche Oscura del Alma”, pero es solo un pasaje. En realidad, están siendo llevados a una Puerta, una que se abre a algo que hay más allá, algo más grande; una vista que su visión habitual, condicionada por miedos y viejas ideas, no alcanza a ver.

Imaginen que están en un túnel oscuro del que no pueden ver las paredes y se sienten rodeados por la nada. No hay nada de malo en la nada. En su esencia, la nada no es ni mala ni malvada; es una apertura absoluta sin preconceptos ni expectativas en las que confiar. Sin embargo, la nada les provoca miedo, como si fuera a destruirlos. Lo que la nada sí destruye son viejas identidades que pensaban que eran parte de ustedes. Pero sepan que lo que cada uno de ustedes realmente es, ni puede desaparecer nunca ser destruido. Es eterno y tan ilimitado como el espacio en su corazón del que hablé anteriormente. Ese espacio siempre está ahí.

Imaginen que aceptan la nada y la falta de certezas, y al mismo tiempo, sienten su fuerza e independencia. ¡Cuando lo hacen, no están atados a este mundo; son libres en las profundidades de su ser!

Continúen imaginando que están atravesando ese túnel oscuro y que, de repente, aparece una Puerta frente a ustedes. Miren lo que esa imagen les provoca: ¿tienen miedo de la Puerta o quieren atravesarla? ¿La puerta es pesada y está cerrada o está entreabierta y la luz brilla desde el otro lado? Solo obsérvenlo; no tienen que hacer nada.

Ahora Imaginen que están frente a esa Puerta y ponen una mano en ella. Dejen que la energía de la Puerta fluya a través de ustedes. La Puerta es el umbral más allá del cual se encuentra lo nuevo, eso que su alma quiere mostrarles cuando estén listos para verlo. Al poner su mano en la Puerta, se familiarizan con lo nuevo y con lo que quiere fluir en su vida al ritmo que les convenga. Vean si pueden recibir la energía de lo nuevo, la energía del Hogar y de su alma. Permitan que esa energía fluya a través de su mano y en todo su cuerpo, de una manera que les reconforte, ni poco ni demasiado. La energía fluye alrededor y a través de su cabeza, sus hombros y su corazón; y profundiza por el vientre, la pelvis, el coxis y a través de las piernas hasta los pies.

Sean conscientes de que, si están pasando por la Noche Oscura del Alma, hay algo nuevo aguardándoles más allá de la Puerta, aunque todavía no puedan verlo con los ojos físicos. Cuando ya no se aferren a las certezas y patrones de supervivencia a los que se aferraban antes y deshechen la vieja forma de vida, desarrollarán unos ojos a través de los que verán esa realidad al otro lado de la puerta. 

¿Y cómo sabe el ni cuándo está listo para deshechar lo viejo? Pues a menudo es el descontento, la ira, la insatisfacción o la desesperanza, lo que indica que ya no quieres que las cosas sigan siendo como han sido. Puedes  pensar: «¡Ya no quiero estar aquí; ya no quiero vivir en la Tierra!» Pero en realidad lo que estás diciendo es: «¡Ya no me gusta el antiguo modo; no quiero que las cosas sean como han sido!»

Sin embargo, tu mente, formada como está por el pasado, puede que aún no haya imaginado que hay otros caminos, y por lo tanto La Noche Oscura del Alma se vuelve desesperada e intensa. A medida que lo viejo se desvanece y lo nuevo aún no ha llegado, estar en esa frontera y en ese túnel oscuro te obliga a elegir: O sigues la voz de tu corazón y permaneces fiel a ti mismo o te traicionas y retrocedes ante las voces del exterior: la del miedo, la familiar, la del pasado. Así que te suplico: si ahora estás experimentando La Noche Oscura del Alma en tu vida, mantente en ella, interiorízala y siente lo que hay allí. Si hay miedo, incertidumbre, tristeza o desesperación, no lo juzgues; quédate con ello y no te retires de ello.

Tu Luz es más fuerte que todas esas emociones, que no son el final, sino una parada en el camino.

¡Mira la Puerta que ya está ahí!  y Conéctate con la energía de lo nuevo a través de esa Puerta y un día las puertas de esa Puerta se abrirán de par en par ante de ti!

Quizá sea demasiado sentirlo todo ahora, pero obsérvalo un instante desde la distancia. ¿Cómo será cuando esa Puerta se abra de par en par y la cruces? ¿Qué te espera allí? ¿Qué sensaciones te provoca? No tienes que ir al encuentro de la Puerta todavía, ya aparecerá, todo llega a su tiempo. Pero siente la promesa de ello ahora: la belleza de la Luz que allí hay; el deleite, la alegría y el confort de estar allí. Siente la serenidad de la vida allí y alégrate, porque el camino por el que transitas ahora, el que sientes como una noche oscura que alimenta tu miedo, ¡conduce allí!

Mantén esa perspectiva y tu camino se volverá más fácil.

Yo te sostengo de la mano; siente mi presencia.

Cada vez que se abre una Puerta, nosotros nos alegramos y nos sentimos más profundamente unidos con vosotros.

Todos estamos conectados entre nosotros, y cada paso que da cada individuo, lleva algo de todos nosotros al Todo.

¡Y así es!

Muy amorosamente,

Mª MAGDALENA

Canalizado por Pamela Kribbe

www.jeshua.net

Traducción y adaptación: Mi Voz Es Tu Voz 

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