«Si en lugar de claudicar, recordaras tu poder interior, concentrarías tu energía en identificar y resolver lo que te bloquea.»

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Si en lugar de claudicar, recordaras tu poder interior, concentrarías tu energía en identificar y resolver lo que te bloquea y aleja de tus metas, en lugar de darle más fuerza.

Si más que dejarte abatir por lo que no viene hacia ti, te alinearas con la música que hace a tu corazón latir, te abrirías a niveles desde los que algo mucho mejor estaría disponible para ti.

Si en vez de reclamar que otros te han olvidado, apreciaras en su totalidad la belleza de tu ser, potenciarías tu luz y atraerías a quienes presurosos y gustosos, llegarían hasta ti.

De la misma manera, si ante cada desilusión, volvieras a tu interior, para recordar que todo comienza con una intención elevada, cambiarías los temores que te han conducido frente a lo que quieres evitar, por propósitos mucho más altos, como esos que te conectan con la grandeza de tu poder creador.

Si en lugar de la preocupación que a veces invade a tu ser, simplemente fluyeras con lo que está ocurriendo, y activaras un llamado para que se manifieste el amor del Creador, te darías cuenta de que a cada instante hay fuerzas que operan a tu favor, y que solo requieren un sí de tu parte, para aprovechar las oportunidades que ellas te dejan abiertas.

Si en vez de sentirte mal, cuando tu cuerpo requiere descansar, le regalaras una pausa amorosa, libre de culpas, con solo contemplar la naturaleza, retomarías vitalidad.

Si aún sintiéndote débil de corazón y falto de fuerza física, te recostaras sobre el pasto, para sincronizar el latido de tu corazón con el pulso de la Tierra, con su energía ella te recordaría, que eres parte esencial del planeta y por lo tanto merecedor de la abundancia que existe en ella.

Si cuando llega la hora de dormir, en lugar de llorar, volvieras a mirar las estrellas, al bañarte con su luz, sentirías en ti la misma energía que inunda a los astros, y podrías recordar, que desde el inicio y hasta el final estás vinculado con una fuerza de proporciones cósmicas.

Y si ante la desconfianza por las intenciones ajenas, plantaras con firmeza los deseos de tu corazón y aclararas la última y más importante verdad que reside en tu interior, en total congruencia contigo mismo, encontrarías las respuestas que a veces exiges al exterior.

En consecuencia, si en lugar de temer y callar, después de aclararte personalmente, recordaras el poder de tu voz y te atrevieras a expresar armónicamente tu más auténtica verdad, ella retumbaría como un eco para alinear, a toda la creación, con los anhelos de tu corazón.

Si en lugar de paralizarte con temor por lo que el destino te deparará, recordaras que todo lo que observamos afuera, tiene un primer nacimiento dentro, te atreverías a vivir, pues no hay nada que temer o perder, cuando cada una de tus acciones están impregnadas por altas dosis de amor personal.

En ese mismo sentido, si frente a las dudas que te asaltan por lo que vendrá, no cedieras ante las formas y apariencias del exterior, sino que en cada acción y en cada decisión, permitieras que quien eligiera fuera el amor, transformarías lo que ves, hasta que tus deseos se hicieran realidad.

En síntesis, si en lugar de resultar “encantado” ante la ilusión del mundo exterior, activaras todo el poder de tu visión, conectando tus ojos con la fuerza de tu corazón, proyectarías y darías vida a lo que a veces crees que no existe para ti.

Si en lugar de aferrarte a sueños y proyectos, identificaras el sentimiento que quieres lograr a través de ellos, recordarías que eso que deseas lo experimentarás, si te mantienes emitiendo las notas de lo que quieres encontrar.

Y si cada día elevaras tus pensamientos y sentimientos, por encima de lo que acontece en los pequeños capítulos del gran libro de tu vida, te sorprenderías por las bendiciones que en ti se precipitarían … comprenderías que eso a lo que llamas milagros, es resultado de un equipamiento que llevas contigo, pues en el amoroso rugir de tu interior, está la frecuencia que reactiva tu poder creador.

LA CONCIENCIA FELINA

 

Canalizado por Maru Méndez

www.marumendez.com

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