Amados amigos:

¡Yo Soy Jeshua!

Yo fui portador de la energía Crística en la Tierra, vine a traer el deseo de una conciencia mejorada a la Tierra y vosotros estuvisteis entre los que recibieron aquel impulso para asumirlo y difundirlo más. Tú perteneces a un grupo de almas que han sido pioneras en muchas vidas, precursoras de una conciencia basada en el corazón. Has mantenido una luz en tu alma que querías expresar, encarnar y manifestar en una realidad material. Siente por un momento cuán profundamente estás conectado internamente conmigo y con lo que yo traje a la Tierra.

Esa conciencia de la que quise dar testimonio es mucho más grande de lo que Yo Soy y más grande que el único ser humano que fui. Era, y es, un vasto campo de energía. Ya fuera que viviste en mi tiempo, el de Jesús, o en los siglos que rodearon mi nacimiento, en aquellos tiempos que se dio un nuevo impulso a la Tierra, tú fuiste parte de aquel acontecer. De una forma u otra has experimentado en carne y hueso el poder y la alegría que contiene la Energía Crística.

¿Recuerdas esa Energía? Es una energía de esperanza y también te genera cierto entusiasmo dentro de ti cuando sientes que fluye en tu corazón. Es la esperanza de una realidad diferente y mejor, más en sintonía con la naturaleza humana y con la naturaleza de todas las cosas. Una realidad en la que existe una forma de vida más equilibrada y alegre para todos. Donde cada uno puede hacer lo suyo y donde todo puede ser más de lo que es de forma innata: una forma de ser natural y armoniosa, que no requiere mucho esfuerzo.

Esa es la Energía que viniste a traer y lo has hecho en muchas vidas. Como dije anteriormente, a menudo fuiste pionero; rompiste con los estándares, valores e ideales existentes porque querías indicar el camino hacia otra posibilidad.

¿Cuánto te conmueve la promesa de una Nueva Tierra? En algún tramo de tu camino como alma a través del Cosmos, llegaste a un punto en el que descubriste mucho sobre la vida y sobre ti mismo, y también sobre los elementos de luz y los elementos de oscuridad: poder, dependencia, manipulación, engaño… Has conocido esos elementos desde adentro y llegó un momento en tu evolución como alma en el que quisiste deshacerte de la energía negativa. Había en ti un anhelo, un deseo de una realidad más benévola y amorosa, tanto dentro como fuera.

Estabas listo para recibir el impulso de la Energía Crística, porque la esencia de la energía Crística es que una persona reconozca al Uno en el otro, la igualdad del otro, sabiendo que aquello con lo que se conecta en el otro es Dios mismo, es decir, esa Chispa de Luz, de Energía, que arde en todos los seres vivos. La energía Crística te hace consciente de que ésa es la verdad que está en el centro de toda Vida. Sabes que a través de la conexión con el otro, al nivel de la Unidad, es verdaderamente posible vivir desde la alegría y la creatividad.

Mientras haya conflicto entre tú y el prójimo y una jerarquía de autoridad y estructuras de poder, la Unidad no tendrá valor y entonces habrá desigualdad. La energía Crística ha sido, por lo tanto, un ataque a las instituciones, bloques de poder y autoridad existentes. Ya puedes imaginarte cómo esa oleada de energía erosionó las raíces de estructuras, ideales, estándares y valores a largo plazo basados en el miedo y la ambición de poder. La fuerza de la Energía Crística era una amenaza directa para aquellos que se aferraban al poder, la manipulación y el engaño, y a menudo no por elección propia, sino por una sensación de impotencia, ya que sin esa estructura de poder basada en el ego, no habrían sido nadie ni nada habrían conseguido.

En vidas pasadas fuiste inspirado por la Luz de la Energía Crística así como en tu vida actual, y has tenido que lidiar con la resistencia con la que has ido topándote. Quizá de niño ya sentiste una chispa de inspiración dentro de ti. Fuiste tentado por una energía de conciencia inspirada y cambio, y pudiste sentir cómo eso chocó con el mundo que te rodeaba, cuya energía todavía estaba atrapada en las viejas estructuras de poder del miedo. Eso puede representar un duro golpe para un niño sensible y vulnerable. Cuando tu energía, tu conciencia, no es aceptada por el mundo exterior, cuando no es comprendida y reconocida, tu ser se duele y vives con el dolor que sientes.

Sin embargo, todavía existe en ti ese deseo indeleble de contribuir al nacimiento de una nueva conciencia en la Tierra, y ese deseo te inspira. Tu alma desea estar aquí ahora mismo y ayudar a darle forma a esa conciencia. ¡Honra y valora ese deseo tuyo! Tú has mantenido viva esa inspiración a pesar de la oposición y sin importar la resistencia que hayas podido experimentar. Dentro de tu alma hay una pasión y un amor que quiere ser escuchado, y tú no puedes resistirte a ese flujo, porque si lo hicieras, te asfixiarías por completo.

Ese lado inspirado tuyo todavía está ahí. Sin embargo, también hay otro lado que se siente sumamente vulnerable, lo que provoca que incluso te sientas avergonzado de esa parte de ti que es diferente y anhela algo nuevo, que está dispuesta a romper con los estándares e ideales existentes. Y debido a que ese lado vacilante tuyo todavía está ahí, ahora experimentas una gran moderación al expresarte verdaderamente en la Tierra con tu corazón y tu alma; por ejemplo, como terapeuta espiritual o como artista o cualquier cosa que hagas como forma de expresar tu alma aquí en la Tierra. Esa contención está ahí en todos vosotros. Todavía tenéis miedo de mostraros tal y como sois realmente.

Siente durante un momento la fuerza del I mpulso Crístico en tu alma, en tu propia vida. Atrévete a armonizarte completamente con él. Procura no responder desde el pudor, desde hacerte pequeño, no pienses ni digas que no puedes hacerlo. Deja que la Fuerza Crística surja. Esa Fuerza te toca profundamente, de lo contrario no estarías aquí.

Siente lo que hay en el centro de esa Fuerza. Es una energía poderosa que de hecho afecta las estructuras existentes y puede generar confrontación y confusión. Pero siente también el poder del amor que hay en esa Energía. Nunca ha habido una intención destructiva en ella. Es una corriente de claridad, de verdad, de investigar e ir a la esencia de las relaciones entre las personas y entre tú y el mundo. Tú quieres servir a esa Energía de la Verdad; deseas fluir con ella porque hacerlo te hace feliz.

Siente lo que hay en el centro de esa Energía. Te pido que lo hagas porque si quieres ser y vivir de esa Energía, podría darse el caso de que tuvieras que romper con la forma habitual en que se hacen las cosas y que te vieses obligado a enfrentarte a tu entorno, y esa posibilidad te da miedo. En el pasado aprendiste a hacerte de menos y a veces piensas que no deberías destacar, que no deberías sentirte especial, que no deberías ejercer demasiada influencia y te parece que sacar a relucir todo lo bueno que hay  en ti, es un acto egoísta.

Sin embargo, abrirse a la Energía Crística no es un acto egoísta, a pesar de que implique tener que romper con muchas cosas y hasta quedarse solo cuando uno deliberadamente toma su propio camino. Pero ten en cuenta que lo mejor para ti es hacerlo. Y eso me lleva al siguiente punto con el que deseo llamar tu atención, y es que esa soledad forma parte de ti. Nace del hecho de que traes algo nuevo al mundo por la simple razón de que eres diferente y pionero. Acepta esa soledad, la soledad que es parte de ti.

A veces tienes miedo de experimentar esa soledad. Sientes una distancia entre cómo piensas, sientes y percibes, y cómo reaccionan las personas que te rodean, aquellas personas que forman parte de tu ámbito laboral, familiar o del entorno de cualquier situación en la que te encuentres. Esa sensación de ser diferente crea la necesidad de volver a ti mismo, de estar solo, de retirarte, pero también evoca en ti soledad y temor de estar separado y marginado.

Sabes que muchas veces eres indeciso y que vacilas en tus intentos de conectar con el mundo que te rodea, ese mundo en el que experimentas lo diferente que eres, donde te enfrentas al rechazo a tu energía única y donde no te sientes como en casa. Entonces, tienes dificultades para aceptar tu singularidad y eres incapaz de abrazar la soledad que es parte de asumir quién eres. Sin embargo, eso es lo que se te exige si verdaderamente deseas expresar aquí la inspiración de tu alma. Representa dar un paso atrás respecto a la realidad social circundante que a menudo está formada por ideas obsoletas que ya no te convienen.

Presta total atención a esa soledad, porque en realidad has experimentado esa sensación durante mucho tiempo. A veces fue tan opresiva que te llenó de desesperación, ya que no encontrabas espíritus afines a tu alrededor y la sensación de soledad resultante era entonces mucho más difícil de soportar. Observa si todavía quedan restos de la dolorosa soledad que has experimentado en esta vida y en vidas pasadas.

Puedes imaginarla como una figura que represente la sensación de ser rechazado y no comprendido. Crea una imagen de la parte de ti que se ha sentido repudiada y sola; puede adoptar la forma de un hombre, una mujer o un niño. Desde la perspectiva de tu centro emocional, mira esa figura, esa parte de ti mismo. Sé consciente de cómo se siente esa persona que carga con ese viejo fardo. Ya sabes que cuando experimentas rechazo e incomprensión por parte de la sociedad que te rodea, ese tipo de reacción siempre impacta en tu emocionalidad, en tu humanidad. Aunque álmicamente puede haber un conocimiento interno que acepte que eres diferente y que aportas algo nuevo a la Tierra, puede que intelectualmente no lo veas claro por qué no eres comprendido; aún así, hay dolor dentro de ti, quizá incluso desesperación. Y esa es la parte de ti con la que tendrías que conectar.

Puede que en ti perviva una parte muy triste o deprimida que ya no quiera conectarse con la Tierra. Ha experimentado tanto rechazo y repudio que quiere huir de este mundo. Es posible que esa parte no se sienta como en casa aquí y anhele otro mundo muy alejado de la Tierra. Un mundo lleno de armonía, luz y amor, en el que la unidad se sienta de forma natural y donde no se tenga que luchar tanto como en la Tierra.

Ahora imagina que conoces ese lugar hacia donde esa parte de ti quiere huir, ese lugar en los cielos donde todo es liviano y despreocupado. Imagina que estás en ese lugar, que recibes a esa figura cansada de la batalla que se ha sentido sola e incomprendida y que la abrazas. Siente el dolor por lo sucedido: la tristeza, la sensación de estar bloqueado, las ganas de irte, el desánimo y la frustración de que todo ha sido en vano.

Ahora bien, también eres muy libre de deshacerte de esa pesadez, porque tú no eres eso. Tú eres el único que puede sanar esa pesada carga, quien puede asumir ese dolor en sí mismo. Eres parte del Cielo en la Tierra y dentro de ti portas esa conciencia de Unidad. Pregúntale a esa figura dolorida qué hay en ti que ella necesite para volver a sentirse como en Casa aquí, en la Tierra, para volver a ser feliz y sentirse bienvenida, a pesar de todo el dolor provocado a causa de todo por lo que has pasado.

Si esa parte afligida de ti mismo se vuelve una contigo, se le permite ser como es y es acogida en el abrazo de tu conciencia amorosa, la pesadez comienza a disiparse lentamente y tú empiezas a sentir lo fuerte que eres en realidad. Así podrás aceptar y valorar el hecho de ser diferente y estar solo, tu soledad, no como algo que está mal, sino como algo que es muy valioso. Tú eres capaz de conectarte con una fuente cósmica de inspiración que te alimente e inspire en este nivel material, precisamente porque tienes un pie en ambos mundos; y desde esa fuente interior, hay algo nuevo que llega a esta Tierra.

Imagina por un momento que eres una persona sana e íntegra que tiene un pie en esta realidad terrenal y el otro fuera de esta realidad. Desde esa posición podrás conectar desde tu chakra corona con la Fuente de Luz e Inspiración, la cual reconoces como la energía del Hogar que realmente te vitaliza.

Sé consciente de que se requiere cierta soledad –tu manera individual de recorrer tu propio camino– para poder reconocer esa inspiración y dejarte nutrir por ella. Simplemente da un paso atrás en el mundo para apreciar quién eres y sentir lo natural que es hacerlo. Observa cómo dar ese paso atrás y hacia adentro no tiene por qué ser un problema, ya que al mismo tiempo puedes permanecer conectado con este mundo. Tú siempre mantienes una cierta distancia con este mundo, pero también puedes sentir alegría al expresar quién eres realmente.

Puedes volver una y otra vez a esa posición, porque siempre estás, por así decirlo, en el borde de la realidad terrenal, en la frontera entre los dos mundos. El paso hacia afuera se alterna con el paso hacia adentro, y al hacerlo te conviertes en un ser humano más rico. De esa manera, aportas lo nuevo del mundo interior al mundo exterior.

Al final, verás que esa parte de ti que a menudo se ha sentido sola o abandonada o diferente, puede ser una fuente de inspiración si realmente comprendes lo que sucede dentro de ti. Comprenderás que no puedes ser completamente de este mundo y que necesitas ser diferente porque eres diferente. Y así, disfrutarás de estar solo y sabrás valorar tu soledad.

Eso no implica que tengas que abandonar la realidad terrenal; más bien, todo lo contrario. Es un proceso de descender más profundamente a todo lo que eres, y no sólo como persona terrenal, sino también como alma, un ser cósmico muy viejo y sabio que ya ha estado aquí muchas veces. Tú necesitas sentir esa dimensión interior del alma para sentirte inspirado y recordar quién eres.

Atrévete a penetrar en esa soledad, en tu soledad, porque ahí reside una gran fortaleza. Al estar más plenamente conectado con ese espacio, podrás estar más poderosa y más fácilmente en este mundo humano. Si experimentas resistencia o te sientes incómodo con las reacciones de quienes te rodean y notas que lo que emanas, dices o haces es conflictivo, permítelo, no te afectará. Simplemente permanece dentro de tu propia energía.

Hay veces en las que es necesario retirarse físicamente, mientras que otras veces, cuando estás rodeado de gente y no puedes retirarte, todavía se trata de ti y de darte cuenta de quién eres y aceptarlo. Y luego podrás ir y venir en este mundo sin ser atraído por él o sin que te afecten las energías de rechazo, alienación u hostilidad. Si dejas que eso sea así, verás que este mundo no tiene por qué afectarte, porque tú sientes una Fuente de Inspiración de otro mundo que está profundamente arraigada en tu alma. Así te sentirás emancipado de las reacciones ajenas. Ese es el camino que estás recorriendo. Acepta tu poder, cree en ello y sé el pionero que eres.

Muchas gracias por tu atención.

JESHUA