«Tu misión en la Tierra es tanto o más divina que la que yo desempeñé como Jeshua hace más de dos mil años.»
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Amados hermanos:
¡Yo Soy Sananda!
¿Qué es la vida en la Tierra? Muchos se preguntan el porqué del propósito encarnatorio. Se sabe que ustedes son seres que contienen una experiencia material, cuyo propósito culturalmente aceptado es la «supervivencia». Y eso no es así. Les han mentido, mis hermanos y amigos, pues ustedes son mucho más que eso. La vida terrenal es la oportunidad de trascender los programas mentales adquiridos en su proceso de entrenamiento para reunirse nuevamente con Padre/Madre. Su paso por la materia, más que una aventura, es una escuela que posteriormente les permitirá evolucionar dimensionalmente, realizar las labores propias de los Hijos de la Fuente que Todo lo Es. En cierto sentido, los llamados seres ascendidos también nos encontramos en ese proceso. No es apropiado que nos perciban como seres separados, superiores ni inaccesibles. Al contrario, formamos parte del mismo Uno, somos la misma Presencia de la Vida existiendo en diferentes dimensiones.
La misión del Cristo Cósmico que contempla su existencia actual, no significa que yo, como avatar, volveré a encarnar en la Tierra. Significa que, ustedes mismos, se encargarán de integrar la Divina Energía Crística en sus células, significa que serán ustedes los hijos de Padre/Madre viviendo en la Tierra. Sepan que su misión es tanto o más divina que la que yo desempeñé en la tierra hace 2000 años al encarnar como Jeshua en las tierras de oriente, que hoy en día se encuentran tan lastimadas por las fuerzas regresivas. Amados hermanos, se espera mucho de cada uno de ustedes, y fueron seleccionados porque el alma de cada uno de ustedes tiene la capacidad de resurgir de la más densa oscuridad para conectarse con la Luz Pura y Crística. Son los llamados a reconectarse desde la ignorancia a la Sabiduría Eterna mediante su libre albedrío. No duden, no teman. Sepan que Padre/Madre nunca los ha abandonado, siempre se halla presente en cada uno de ustedes. No necesitan valerse de nada externo ni ajeno para conectarse con el Amor de quien llamamos Dios. Separen la divinidad de los dogmas. No busquen afuera lo que yace adentro. El Templo de Dios no es una iglesia ni una mezquita ni una ermita ni un altar. El Templo de Dios es el corazón de cada ser encarnado, que contiene la Chispa Divina que los conecta con la Divinidad. Conecten con ese Amor Universal, con la Conciencia Inviolable que prevalece dentro de cada ser humano. La Ascensión de la Tierra, el cielo en la materia, acontecerá cuando una cantidad determinada de seres humanos realicen por su libre albedrío la conexión con Dios, con su Yo Superior. No teman a su Naturaleza Divina, no es ninguna herejía, es la verdad más pura que pueden asimilar e integrar: ustedes son Dios mismo existiendo. Vivan con esa conciencia. Asuman la realidad más pura de su ser y cocreen la Vida Amorosa que Padre/Madre siempre ha dispuesto para cada uno de ustedes.
¡Los amo profundamente!
SANANDA
Canalizado por Daniela Vargas – Puerta al infinito
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