«El Armagedón describe el momento en el que la humanidad se une para afrontar la energía oscura y la luz.»
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¡Saludos, amados!
¡Yo Soy Kryon del Servicio Magnético!
¿Creéis que el Armagedón está a punto de llegar? ¿Os sorprende la palabra o simplemente os llama la atención? Os daré una respuesta concisa, pero antes primero vamos a analizar esa idea.
Durante muchos años os hemos dicho que, en una energía oscura, los seres humanos tienden a centrarse en desastres y calamidades llenas de dramatismo. Eso es lo que fomenta una conciencia oscura. Si os quedan dudas, fijaos en la palabra “Armagedón”. ¿Cuántas películas, historias, libros y series se han creado en torno a ese supuesto acontecimiento? Incluso hay títulos que hacen referencia a un “después del Armagedón”. Es un tema tan recurrente que la humanidad vuelve a él una y otra vez.
Sin embargo, esta palabra, que en vuestras escrituras sagradas apenas se menciona una vez, procede de una revelación dada a aquel hombre llamado Juan. ¿Cómo calificaríais hoy lo que él vivió, si no como una canalización? En aquella época, de haberla llamado así, quizá se habría corrido el riesgo de ser eliminado. De modo que se menciona solo una vez. Y, más que un suceso específico, la palabra describe un lugar. Supuestamente allí tendría lugar la batalla final entre el bien y el mal.
¿Está llegando el Armagedón? Mi respuesta, y sobre la que hablaremos ahora, es que no. Y digo que no porque ya está aquí. La batalla está en marcha. Os lo repito: los mensajes del Espíritu —de la Fuente Creadora, de Dios, o como queráis nombrarlo— se transmiten casi siempre mediante metáforas. Lo veis constantemente en vuestras escrituras y en los textos de los profetas. Vosotros vivís y pensáis en cuatro dimensiones y, sin embargo, cuando Espíritu habla, lo hace en un lenguaje multidimensional repleto de potenciales. Esa información debe “traducirse” para que podáis asimilarla.
Imaginad lo que ocurriría hace 100 años si tratarais de explicar vuestro wifi a alguien de aquella época: os preguntarían qué es, y tras varias capas de explicaciones aún no entenderían lo que contáis. De igual modo, cuando Espíritu os revela algo, suele emplear símbolos o parábolas que podéis comprender de forma limitada.
El Armagedón es la metáfora de una batalla final en este planeta. El lugar concreto que se menciona representa, en realidad, la Tierra misma. Y la llamada “batalla final” entre el bien y el mal describe el momento en que la humanidad se une para afrontar la energía oscura y la luz. ¿Os suena este mensaje? Es lo que llevo tiempo compartiendo con vosotros: estáis inmersos en ello ahora mismo. Esa palabra que tanto temor infunde, y que muchos asocian con el fin del mundo, en realidad no significa eso. Se refiere a la última contienda que, en definitiva, podría terminar con el modo tradicional de entender la guerra y el conflicto.
¿Qué pasaría si esa “batalla final” señalase el fin de los enfrentamientos bélicos entre países, con armas de destrucción masiva, amenazas y devastación? ¿Y si llega el día en que eso se vea como algo inaceptable? Un momento en que cualquier nación que lo intente sea aislada y nadie comercie con ella, hasta el punto de que ninguna sociedad lo contemple si dispone de un nivel de conciencia que lo supere.
Imaginad un planeta que viva en paz, aunque con múltiples perspectivas culturales y sistemas de creencias distintos. No hace falta que todos penséis o creáis lo mismo, ni que os toméis de la mano cantando canciones de unión universal. Basta con no llegar a mataros por las diferencias, evitando las guerras. Por supuesto habrá disputas, pero surgirán paradigmas que nunca antes habéis visto. Paradigmas en los que la luz gana terreno a la oscuridad, y la propia forma de pensar —aquello que llamabais “naturaleza humana”— empiece a cambiar.
Pensad en las familias, en los países. Cuando los recursos de la Tierra estén a disposición de todos y, gracias a nuevos inventos, no se precisen de la misma forma que ahora, podréis comerciar con integridad. Habrá todo tipo de acuerdos y, desde luego, también disputas, hasta que todo se vaya puliendo. Pero la idea de ir a la guerra por recursos dejará de tener sentido. Y discutir por quién adora al Creador de la manera “correcta” se percibirá como algo disfuncional, incluso absurdo. Está llegando ese cambio, queridos míos. Está sucediendo ahora: este es el Armagedón en el que vivís.
La lucha de hoy no es solo la que se da en los campos de batalla, sino la que pone de manifiesto la disfuncionalidad de la vieja conciencia. En la cultura donde reside mi socio, por ejemplo, los partidos políticos no solo discrepan en las ideas, sino que están furiosos unos con otros. Y la ciudadanía también se enfrenta con rabia por las distintas corrientes económicas. Finalmente estáis empezando a ver lo que siempre ha estado ahí. Al encender la luz en una cabaña oscura, todo se revela, incluida la suciedad.
Ya os lo dijimos: este es un indicador de que estáis acercándoos a lo que se denominó “los tiempos finales”. Ahora vivís ese tiempo. Cuando mi socio publicó mis primeras canalizaciones en los años 90, el primer libro se titulaba precisamente «Los tiempos finales». Él pensó que la gente lo malinterpretaría como un libro catastrófico, pero le expliqué que significaba el final de una vieja era de guerra, odio, sufrimiento y penurias, y el comienzo de un periodo de mayor comprensión, integridad, sabiduría, humor y alegría.
Eso es lo que estáis presenciando en este momento. Este siempre ha sido el mensaje principal de Kryon, que la belleza que hay en el ser humano empieza a salir a la luz. Llegará el día en que miréis atrás y recordéis vuestras actuales pugnas políticas como un paradigma arcaico. Quizá os preguntaréis si es posible que los partidos dejen de hacer lo que hacen hoy. Y la respuesta es que deberán hacerlo para encontrar una solución aún no contemplada, donde puedan trabajar juntos, con la flexibilidad de estar en desacuerdo, pero buscando el mayor beneficio para todos. Para eso existe un gobierno y una constitución, aunque ahora no lo tengáis. Es esa batalla de luz contra oscuridad, impulsada por la codicia y la disfuncionalidad.
En medio de todo esto, hay quienes realmente están combatiendo, y eso os hace pensar que el mundo se desmorona. Sin embargo, podría ser solo que todo está quedando al descubierto. En 1989, cuando aparecí, os dije que no habría un Armagedón tal como lo imaginabais: no habría una batalla final entre el bien y el mal que destruyera la Tierra, sino un cambio de conciencia. Y sí, estamos en medio de esa lucha entre la oscuridad y la luz, entre una conciencia elevada y otra más baja. Y aquí estáis, presenciándolo tal como anuncié.
Esta es la Nueva Tierra. Vosotros sois bellísimas y magníficas almas viejas que empezaréis a elevar a las demás, irradiando vuestra luz para que todos la vean. La historia no se repetirá: ¡habéis cambiado de vía!
Yo soy Kryon y siento un profundo amor por todos vosotros.
¡Y así es!
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