«Plenitud es saberse completo a cada instante, aunque los sentidos externos muestren carencias.»

YO SOY PLENITUD, es un mensaje canalizado del maestro Merlín, en el que se nos recuerda que la verdadera Plenitud no depende de lo que tengas, sino de lo que reconoces ser. Un llamado al despertar de la conciencia de Completitud y Unión con la Fuente.

YO SOY PLENITUD

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Amados:
¡Yo Soy Merlín!

Plenitud no es abundancia material acumulada ni tampoco una sucesión de logros que colman el ego. Plenitud es saberse completo a cada instante, aunque los sentidos externos muestren carencias. Plenitud es comprender que no te falta nada porque todo lo que existe, visible e invisible, habita ya en el espacio sagrado de tu ser. Tú no eres un fragmento esperando completarse, sino la expresión íntegra de la Vida desplegándose de manera única.

Cuando pronuncias «Yo Soy Plenitud», estás invocando el recuerdo de que no eres un mendigo ante el universo, sino un canal consciente del flujo inagotable que lo sostiene todo. No hay desierto interior cuando tu mirada se dirige hacia adentro; lo que llamas vacío es tan solo un umbral antes de reconocer la inmensidad que siempre estuvo en ti.

Observa la naturaleza: el río no se esfuerza por ser río, fluye. El árbol no implora ser árbol, crece y da fruto. Cada ser vive su completitud sin cuestionarla. En cambio, vosotros habéis aprendido a fragmentaros en la idea de lo que os falta, como si la Vida os hubiera creado a medias. Yo os digo que el único hechizo que existe es el del olvido y que el conjuro para romperlo es recordar que sois plenitud ahora mismo, en este preciso instante y sin condiciones.

Decís: «Cuando logre esto, cuando alcance aquello, cuando sane tal o cual herida, entonces sí, entonces me sentiré pleno». Pero la Plenitud no se difiere ni se negocia, se reconoce. No se alcanza con esfuerzo, se despierta en el silencio del ser que deja de buscar. Siéntela en tu respiración; en cada inhalación, el universo entra en ti; en cada exhalación, tú entregas al universo tu esencia. ¿Lo ves? No hay falta, hay intercambio constante.

La Plenitud también es Reconciliación. Muchos de vosotros creéis que para sentiros plenos tenéis que eliminar lo oscuro, lo herido, lo limitado… Sin embargo, vuestra completitud incluye luz y sombra, dolor y gozo, pasado y futuro. La Plenitud no se encuentra excluyendo, sino integrando. Cuando aceptáis lo que sois sin dividirlo, la conciencia se expande y descubrís que aquello que llamabais limitación es parte del mapa que os conduce a la Libertad.

Decir “Yo Soy Plenitud” es abrir una puerta a la Magia. Pero no a esa magia de artificios, no, sino a la Magia esencial de reconoceros creadores en comunión con el Todo. El verdadero poder surge cuando dejáis de mendigar migajas de amor, de reconocimiento o de propósito para irradiar la llama que siempre arde en vuestro interior.

Te propongo que te acomodes, que cierres los ojos y que repitas en silencio «Yo Soy Plenitud». No lo digas de corrido, dilo como quien declara una verdad. Siente cómo esas palabras resuenan en tu piel, en tus huesos, en la sangre que circula por tus venas, en el espacio que eres más allá del cuerpo… Deja que cada célula escuche este decreto. Y después, simplemente sé. Enseguida percibirás que el corazón se ensancha y la mente se acalla, porque la Plenitud se experimenta, no se razona.

Yo, Merlín, os recuerdo que cada vez que pronunciáis este decreto, invocáis el tejido invisible que une todas las cosas. Plenitud significa que sois parte inseparable de la Fuente y que nada puede restaros esa Unión. Vuestro desafío no es crear plenitud, sino quitaros la venda que os impide verla.

Amados, caminad con la certeza de que no estáis incompletos, nunca lo estuvisteis. «Yo Soy Plenitud» es la llave que abre el cofre del tesoro que siempre habéis custodiado. Decretadlo a diario y el mundo alrededor empezará a reflejar el recuerdo de vuestra integridad. Y entonces descubriréis que el milagro no era obtener algo que faltaba, sino ser plenamente conscientes de lo que siempre fuisteis, sois y seréis.

Yo Soy Merlín, y desde el Círculo Eterno de la Vida, os abrazo en el reconocimiento de vuestra propia Completitud.

¡Y así es!

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