EL TELÓN COMIENZA A CAER

EL TELÓN COMIENZA A CAER – El Grupo Arcturiano a través de Marilyn Raffaele

el telón comienza a caer grupo arcturiano — «Ahora, el telón ya está cayendo.»

«Distingue la realidad de la ficción que has estado presenciando.»

«El telón comienza a caer» es un mensaje canalizado del Grupo Arcturiano que anuncia un período de profundas transformaciones personales y colectivas, en el que las ilusiones sostenidas por la conciencia tridimensional empezarán a desmoronarse para dar paso a una comprensión más elevada de la realidad espiritual.

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¡Bienvenidos, amados lectores!
Y bienvenidos también a un nuevo año en el que casi todos veréis y experimentaréis cambios, tanto personales como globales, junto con algunas sorpresas: unas bienvenidas y otras no tanto. La energía de todo el planeta está cambiando a medida que la conciencia colectiva se vuelve cada vez más receptiva a la idea de la unidad, una idea que, incluso comprendida únicamente desde el nivel tridimensional, contribuye al despertar de la conciencia mundial.

El mundo está entrando en una vibración que refleja con mayor fidelidad la verdadera realidad de la Tierra y de quienes la habitan. Quizá te preguntes por qué el mundo parece empeorar en lugar de mejorar, ya que, a simple vista, eso es lo que parece estar ocurriendo. Todo aquello que nace de la conciencia de dualidad y separación debe primero hacerse visible para poder ser rechazado, transformado y, finalmente, eliminado del sistema colectivo de creencias.

Las frecuencias de dualidad, separación y la creencia en poderes separados de Dios envuelven a la Tierra tridimensional como un manto de niebla, influyendo en la manera en que se perciben y comprenden las expresiones perfectas de Dios. Encarnar en la energía tridimensional desde las vibraciones superiores del “otro lado” puede ser una experiencia especialmente difícil, sobre todo para niños y adolescentes que todavía resuenan con las frecuencias más elevadas que dejaron atrás, lo que a menudo les hace sentirse extraños o fuera de lugar.

Con el tiempo, cada persona acaba adaptándose a las energías más densas de la Tierra tridimensional, que pasan a convertirse en su realidad, haciendo difícil creer que exista algo más allá de lo que se ve, se oye, se saborea, se toca y se huele. Una vez establecidos en la forma humana en la Tierra, a la mayoría le resulta muy complicado cambiar aquello que ya le resulta familiar, cómodo y, hasta cierto punto, controlable, incluso cuando la vida se vuelve seriamente difícil.

Cuando una persona está preparada para la siguiente fase de su viaje espiritual —que incluso puede formar parte de su contrato prenatal—, pero se resiste a dejar atrás lo conocido y cómodo, el Yo Superior suele intervenir mediante una “llamada de despertar”: alguna situación física, emocional, mental o incluso espiritual que sirva para abrirla, o empujarla, hacia nuevos niveles de conciencia.

La Tierra es un universo espiritual habitado por hijos e hijas de Dios, no un simple pedazo de materia para ser usado y abusado mientras alberga a seres humanos frágiles e impotentes. Puesto que la Tierra, al igual que todos los demás planetas y los seres que viven en ellos, es una expresión del UNO, la energía sagrada de la UNIDAD busca siempre alinearse con todas sus formas de manifestación.

Las ideas, cualidades, expresiones y manifestaciones de esta Realidad única, omnipresente, omnipotente y omnisciente a la que llamáis Dios, no pueden ser cambiadas, eliminadas ni afectadas de ninguna manera por las tramas, los planes o las falsas creencias de las mentes tridimensionales. Dios no conoce lo opuesto.

La Conciencia Divina, Dios, es la única realidad; pero hasta que no es reconocida, aceptada e integrada en la conciencia personal, simplemente no está disponible. Es como una persona que vive en la pobreza extrema sin saber que posee una cuenta bancaria llena de dinero. La conciencia tridimensional cree que todo puede controlarse mediante la fuerza, las leyes, la manipulación, las mentiras o la acción humana, pero ahora está aprendiendo —y seguirá aprendiendo— que esto no es así.

La vida humana, tal como se os ha enseñado y tal como la habéis experimentado, no es más que vivir sometidos a conceptos universalmente aceptados sobre todo. Sabed que las apariencias “buenas” son tan ilusorias como las “malas”; ambas no son más que los extremos opuestos de un mismo eje de dualidad. Dejad de otorgar poder a las buenas apariencias y, al mismo tiempo, de intentar eliminar las malas. Aprended a traducir todas las apariencias a la realidad espiritual que subyace bajo ellas.

Si descubrís que estáis experimentando alguna forma de abundancia, no os limitéis a alegraros por la abundancia en sí, sino por el hecho de que estáis viviendo vuestra propia plenitud autosostenida expresada en forma material. Cuando veáis a un bebé, sabed que en realidad no es solo un bebé, sino un alma tan antigua como Dios: la Conciencia Divina individualizada. Cuando seáis testigos del dolor, el sufrimiento, la guerra o la violencia, recordad que estáis observando las creaciones de estados de conciencia hipnotizados, inconscientes de que en realidad son uno con aquellos a quienes consideran enemigos.

La alegría es una cualidad espiritual; permitidle fluir hacia vosotros y desde vosotros libremente, sin culpa. Todo es espiritual, porque no se puede crear algo a partir de la nada. ¿De dónde procedería la sustancia para crear algo, si la única sustancia que existe es la Conciencia Divina? El mundo material está formado por interpretaciones mentales condicionadas de la realidad espiritual, y los intentos humanos de sanarlo, arreglarlo o corregirlo desde ahí forman parte de la ilusión. Habéis llegado a un punto de vuestro viaje evolutivo en el que seguir alimentando y sosteniendo conceptos tridimensionales, creyendo que así sois amorosos, solo sirve para manteneros anclados en la vieja energía.

Dado que todavía son pocos los que han alcanzado la plena realización de la verdad, y puesto que existe ayuda disponible en todos los niveles de conciencia, la mayoría —incluso quienes están espiritualmente evolucionados— necesita a veces utilizar las herramientas disponibles. No finjáis un estado de conciencia que aún no habéis alcanzado solo porque tengáis un conocimiento intelectual de él; más bien, vivid cada día desde el nivel más elevado de conciencia que hayáis integrado de verdad.

No os sintáis culpables por recurrir a un médico o a algún grupo de sanación alternativa, pero escuchad siempre primero la guía de vuestra intuición, en lugar de seguir automáticamente las creencias actuales o las opiniones de quienes os rodean. Permitid que vuestra intuición os guíe hacia lo que es adecuado para vosotros, ya se trate de una necesidad física, emocional, mental o incluso espiritual. Procurad no involucraros de tal manera que alimentéis un problema otorgándole poder y realidad, y recordad siempre que Dios no puede expresarse como nada distinto de Sí Mismo, independientemente de las apariencias.

Mantened la verdad en vuestro corazón mientras realizáis vuestras tareas cotidianas, y poco a poco se convertirá en vuestro estado de conciencia, capaz de manifestarse en, como y a través de cada aspecto de vuestra vida, que es la vida de Él. Vinisteis a la Tierra preparados para vivir desde vuestro estado evolucionado de conciencia, para ver y limpiar cualquier energía antigua restante y, en ese proceso, ayudar a elevar y abrir la conciencia colectiva de la Tierra, haciendo que las ideas de la verdad sean accesibles para todos.

Nunca dudéis de que existe un Plan Divino. Os encontráis al inicio de lo que será un año poderoso. Para muchos, será un año de culminaciones que pueden implicar, o no, situaciones de caos personal. Permitid que lo que tenga que venir llegue sin resistencia, con la comprensión de que vuestro viaje está siendo guiado por vuestro Yo Superior, que sabe exactamente qué necesitáis, para qué estáis preparados y cuándo.

El mundo tal como lo habéis conocido se está derrumbando bajo el peso de sus propias ilusiones para que, en su momento, la Tierra creada por Dios pueda ser vista y experimentada. La guerra, el sufrimiento, la carencia y la limitación no tienen ninguna ley divina que los sustente; se mantienen únicamente por las energías falsas que la humanidad continúa alimentando. El mundo tridimensional es como una película o una obra de teatro que parece completamente real mientras la observas. Las luces del teatro se encienden y el telón sube, pero solo cuando el público reconoce que está viendo una representación. Cuando la obra ha finalizado el telón baja y el público vuelve a la realidad. Ahora, el telón ya está cayendo. Distingue la realidad de la ficción que has estado presenciando y di para ti: «Nunca he sido, nunca podría ser y nunca seré otra cosa que lo que YO SOY en este momento, a menos que crea lo contrario.»

¡Somos el Grupo Arcturiano!
 

Canalizado por Marilyn Raffaele 
Onenessofall.com