«Según el sistema del eneagrama existen nueve tipos de personalidad o nueve rasgos característicos.» ¿Observas el rasgo de la ira en ti?

LOS NUEVE RASGOS DE GURDJIEFF: (1) LA IRA

«Según el sistema del eneagrama existen nueve tipos de personalidad humana o nueve rasgos característicos. Lo que se intenta no es salir de nuestro rasgo principal, sino de observarlo para combatir la automatización de nuestra vida.» ¿Observas el rasgo de la ira en ti?

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1. LA IRA: El Perfeccionista-Resentido

El tipo “uno” es la ira o la cólera, entendida en todas sus variantes y matices: irritación, frustración, insatisfacción, resentimiento, impaciencia, desdén, intolerancia, rencor.

El elevado rigor ético y de comportamiento del 1 con las exigentes expectativas que abriga respecto de sí mismo y de los demás, le hace percibir enseguida y sufrir la diferencia existente entre el ideal y la realidad. A pesar de todos sus esfuerzos y de su incansable trabajo, la realidad y las relaciones siguen siendo muy imperfectas y dejan mucho que desear. El 1 aprieta los dientes para disimular su insatisfacción y enmascarar su ira, que le produce malestar y disgusto, porque le hace dar una imagen demasiado humana e imperfecta de sí. Está convencido de que las personas educadas no tienen que airarse jamás y su insatisfacción se manifiesta y se somatiza en la tensión de su rostro y en el tono de su voz.

El 1 es una olla a presión, cuya rabia contenida y controlada, puede manifestarse bajo diversas formas, tales como:

  • La superioridad: La irritación ante las limitaciones de los demás puede traducirse en actitudes de superioridad profesional, estética, intelectual, de comportamiento.
  • La crítica: constante inclinación a detectar instintivamente los errores y los aspectos negativos de las personas, así como a puntualizar sistemáticamente las cosas que no funcionan, tanto dentro como fuera.
  • El perfeccionismo: excesiva preocupación por los detalles, debida a su obediencia a normas y autoridades abstractas, a su obsesión por la mediocridad y a su impaciencia consigo mismo y con los demás.
  • El moralismo: tendencia a imponer los propios criterios y juicios, adoptando un tono de sermón y de reprimenda en relación con los comportamientos considerados erróneos. El moralismo degenera a menudo en actitudes culpabilizadoras.
  • El supercontrol: la tendencia a la rigidez y a la falta de espontaneidad. La tensión provocada puede dificultar la distensión, perturbar el sueño, complicar la digestión y originar úlceras, gastritis, etc.

Los “unos” tienen su salida buena logrando la serenidad del corazón mediante la práctica de actitudes como las siguientes:

  • Educarse en la afirmación de lo que hay de bueno y positivo en uno mismo y en los demás, sin atormentarse por lo que sigue siendo incompleto e imperfecto.
  • Ser conscientes de que hay distintos modos de hacer las cosas, sin absolutizar el propio y menospreciar los de los demás.
  • Transformar la cólera en energía positiva, sin necesidad de juzgarla o de justificarla, sino canalizándola al servicio de la justicia y de la verdad.
  • Tener paciencia y apreciar los pequeños esfuerzos sin lamentarse por los errores cometidos o las oportunidades perdidas.
  • Aprender a reírse de uno mismo, desdramatizando los propios desaciertos y relativizando las angustias.
  • Valorar la importancia de las cosas objetivamente, sin hacer una montaña de un grano de arena, ni de una pulga un elefante.
  • Consolarse con la idea de que la salvación del mundo no depende de los propios esfuerzos y confiar en la providencia.
  • Convivir creativamente con las propias limitaciones e imperfecciones.

Crítico de sí mismo y de los demás. Convencido de que existe una sola forma correcta. Se siente éticamente superior. Con frecuencia utiliza palabras como “debo” o “tengo que”.

Los “unos” evolucionados pueden ser héroes morales con excelente capacidad crítica. Los “unos” fueron niños buenos, aprendieron a portarse bien, a ser responsables y a hacer lo correcto. Aprendieron a controlarse con severidad. Trabajadores rectos independientes y perfectos; perfeccionismo. Están en contra de las cosas como están. Ellos creen que luchan por mejorar algo. Parecen personas muy justas y de gran moralidad. Muy poca aceptación del otro. Intentan acomodar a su pareja a sus expectativas. Son amas de casa “perfectas y pulcras”. Puritanos: son más papistas que el Papa. Tienen voz firme y pronunciado mentón, la voz muy firme. Corrigen lo que está mal, se fijan en la mancha, no en el traje. Se dedican a causas benéficas, exigentes y estrictos. Exigen respeto. Piden JUSTICIA. Miedo a dejarse llevar, a la pasión. Aristócratas ordenados y limpios. La palabra es CONTROL. Es una no aceptación de la naturaleza. Es realista, con convicciones fuertes, prejuicioso y rígido. El deber está por encima del placer. Interés por los reglamentos, por las normas. Tienen la compulsión de decir “cómo debería hacerse”. Echan mano de la razón, abogacía innata.

GEORGE GURDJIEFF

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