
«Todo saber, toda ciencia, toda filosofía, si no conduce al Amor, se queda incompleta.»
«El amor como camino al infinito» es la guía viva que transforma la nostalgia del alma en reencuentro con lo Sagrado. En este artículo inspirado por Rumi, el Amor aparece como Fuego que purifica, Danza que libera y Puente hacia lo Eterno.
EL AMOR COMO CAMINO AL INFINITO – Jalal ad-Din Rumi
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Introducción
Amado buscador:
Soy Jalal ad-Din Rumi, nacido en tierras de Persia hace ya siglos, pero presente aún en las palabras que el viento conserva y en el fuego que arde en los corazones.
Muchos me llaman poeta, otros místico, otros maestro del amor. Aunque yo no soy más que un caminante, alguien que escuchó una música en lo más profundo de su ser y trató de seguir su compás.
Hoy os hablaré del Amor como camino hacia lo eterno, porque nada hay más real y más poderoso que ese impulso del alma que os arranca de vosotros mismos y os conduce hacia el Amado, hacia Dios.
El anhelo del alma
Desde el momento en que nacéis, algo en vosotros busca. No sabéis qué es, pero sentís nostalgia. Aun en medio de las alegrías, hay un suspiro escondido, un “más” que nunca se sacia.
Esa nostalgia es la memoria de vuestra unión con lo Eterno. Vosotros sois como pájaros que un día volaron en jardines divinos y hoy recuerdan, en el exilio de este mundo, el perfume de aquellas flores.
¿Habéis sentido alguna vez que nada os llena del todo, ni las riquezas, ni los placeres, ni los logros? Ese vacío no es una condena: es una llamada. Es el Amado llamando a vuestra puerta.
El amor como fuego
El Amor es Fuego. Quema lo falso, lo que sobra, lo que impide volar… No os equivoquéis: el Amor verdadero no es solo emoción dulce, es transformación radical.
¿Habéis visto el oro en el crisol? Solo cuando el fuego lo purifica, brilla en toda su pureza. Así también, el alma pasa por el fuego del amor hasta que queda limpia de egoísmo y se convierte en espejo del Amado.
Quien ama de verdad arde. Pero en ese arder encuentra vida. Porque morir en el ego es nacer en la verdad.
La danza del alma
En mis días, bailábamos en círculos. Muchos lo llamaron locura. Para nosotros era oración. El giro del cuerpo era símbolo del giro del universo, y en ese movimiento el alma se liberaba de las cadenas.
Hoy vosotros tenéis otras músicas, otros ritmos. No importa cuáles sean, lo importante es que dancéis. Dejad que vuestro cuerpo, vuestros pensamientos y vuestro corazón giren en torno a la luz interior. La danza no proviene del cuerpo, pertenece al ser completo.
Cuando giras, descubres que no eres tú quien danza, sino el universo entero danzando en ti.
La paradoja del amor
El Amor es paradoja:
- Cuanto más das, más tienes.
- Cuanto más mueres, más vives.
- Cuanto más callas, más hablas con la Verdad.
El Amor rompe las medidas humanas. Es mar sin orillas. Los sabios tratan de confinarlo con palabras, pero se les escapa entre sus dedos. Solo los locos de Amor lo conocen, porque ellos saltan al agua sin miedo a ahogarse.
El Amado
Me preguntáis: ¿Quién es el Amado? Y yo os contesto que busquéis dentro y fuera. Está en el canto del pájaro, en la risa del niño, en el silencio de la noche, en la ternura de una madre, en el destello de una estrella…
Pero sobre todo está en el fondo de vuestro corazón. Allí arde una llama que nunca se apaga. Esa llama es el Amado en vosotros.
No busquéis lejos lo que tenéis cerca. No os perdáis en doctrinas, teorías ni disputas. Escuchad, el Amado está llamando ya en vuestra respiración.
Amor humano y amor divino
Algunos se plantean la diferencia que hay entre el amor humano y el Amor Divino? Yo les digo que el amor humano es puerta, mientras que el Amor Divino es horizonte.
Cuando amáis de verdad a una persona, no la poseéis, la liberáis. No la utilizáis, la honráis. Ese amor os entrena para algo más grande, porque en cada rostro amado intuís el Rostro del Amado Eterno.
No despreciéis el amor humano; aprended de él. Es escuela, semilla… Pero no os detengáis ahí; seguid el camino hasta la Fuente.
El silencio como oración
Muchos me preguntaban: “Rumi, ¿qué es rezar?”. Y yo les respondía que rezar es callar y escuchar.
El Amor no siempre requiere palabras. A veces basta con quedarse en silencio, como dos amantes que ya no se dicen nada porque se lo dicen todo con la mirada.
Así es el alma con Dios: cuando el Amor es profundo, el silencio es más elocuente que mil oraciones.
El vino del Amor
Mis versos hablan de vino, de ebriedad. Pero no os confundáis, en ellos no me refiero al vino que adormece, sino al vino que despierta.
El vino del Amor embriaga porque rompe los límites de la mente. Bebe quien se atreve, y al beber se olvida de sí para recordar al Amado.
¿Habéis visto a alguien que esté feliz de amor? Parece un loco, pero en esa locura hay más cordura que en todo el conocimiento de los que nunca aman.
El Amor como camino espiritual
No os perdáis. El Amor no es adorno ni distracción, es el camino. Solo el Amor une lo que está separado, sana lo que está herido, llena lo que está vacío…
Todo saber, toda ciencia, toda filosofía, si no conduce al Amor, se queda incompleta.
La fe sin Amor, se convierte en dogma frío. La razón sin amor, se convierte en cálculo vacío. El Amor es el alma de la Fe y de la Razón.
Conclusión: Sed amantes
Amigos míos, sed amantes. No me refiero solo a amar a alguien, sino a amar la vida, amar la verdad, amar a Dios en todas sus formas.
El Amor es la respuesta a las preguntas que no tienen respuesta. Es el puente entre lo finito y lo infinito. Es la llave que abre todas las puertas.
Y os dejo una confidencia: cuando llegue el día en que abandonéis este mundo, no se os preguntará cuánto supisteis, ni cuánto poseísteis, ni cuántas batallas ganasteis. Solo se os preguntará: ¿habéis amado? Porque el Amor es lo único que traspasa la frontera de la muerte.
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